Entrevista a Carmen Santos por "El sueño de las Antillas"
A mediados del siglo XIX muchos españoles imaginaban Cuba como una tierra prometida, pero la realidad era muchísimo más dura. En El sueño de las Antillas, el retrato de Valentina se entreteje con la cartografía de la sensual, misteriosa y cruel Cuba colonial, una isla que, al igual que la protagonista, avanzaba inexorablemente hacia su independencia.
Carmen Santos (Valencia, 1958) vivió parte de su infancia y adolescencia en Alemania antes de regresar a España en 1974. Ha publicado tres novelas hasta el momento: La vida en cuarto menguante (2003), La cara oculta de la luna (2004) y Días de menta y canela (2007) con gran éxito de crítica y lectores. En la actualidad, reside en Zaragoza y se dedica exclusivamente a la literatura.
El sueño de las Antillas. Carmen Santos. Editorial Grijalbo, 2013. 752 páginas. 21,90 €
Cuando Valentina zarpó desde España iba con el corazón repleto de ilusiones. A su llegada a la isla sus sueños se resquebrajan: su esposo ha muerto durante la agotadora travesía y el lugar, de pronto, se revela como un entorno hostil. Solo Tomás Mendoza, un médico que viajaba en el mismo barco que ella, intenta ayudarla proponiéndole matrimonio. Pero Valentina le rechaza por orgullo, no quiere dar lástima aunque eso signifique tener que vender su cuerpo en un refinado prostíbulo caribeño. Lo que no sospecha es que hay hombres que no se conforman con unas horas de lujuria comprada y que algunos, como el rico y apuesto Leopoldo Bazán, bajo sus caballerosas formas esconden la más abyecta crueldad.
Con el pulso firme y sagaz, Carmen Santos ha tejido una historia que tiene mucho de las grandes sagas. De las calles habaneras al prostíbulo y de allí a los fastuosos salones de la alta sociedad isleña, enriquecida hasta lo inimaginable con el cultivo de la caña de azúcar, El sueño de las Antillas nos cuenta la historia de una mujer fuerte, valiente y carismática que, en una época de intrigas políticas por la independencia de Cuba y por la abolición de la esclavitud, se debate entre la ambición, la venganza y el amor verdadero.
Entrevista:
P.- ¿Cómo nació El sueño de las Antillas? ¿Cómo surgió la idea origen de este libro?
Primero, de la fascinación que desde siempre he sentido por Cuba. Y lo que pasó después es que buscando datos para otro trabajo me encontré con mucha información sobre la Cuba de mediados del siglo XIX, cuando el negocio del azúcar estaba en todo sus esplendor. Ahí estaban los aristócratas del azúcar que concentraban casi toda la riqueza ligada al negocio, algo que les permitía llevar una vida como de película: caprichos, lujos, grandes fiestas, mansiones… Una vida que contrastaba con la miserable, cruel y explotada vida de los esclavos. Las clases intermedias, negros y mulatos libres salían adelante con oficios artesanales o pequeños comercios que no les permitían cambiar de escala. Las tensiones políticas terminaban por completar un hervidero más cercano a un polvorín: criollos descontentos con España a la que consideraban un parásito que se llevaba todas sus riquezas; el poder en manos de los peninsulares, conspiraciones para arrebatárselo, intrigas… En fin, el escenario ideal para una novela.
P.- Novela como aventura de vida, de largo recorrido, de las que acompañan a los personajes en todo su devenir.
Mis anteriores novelas tenían un toque más de intriga y misterio. Buscaba un cambio de registro que fuese un reto: novela de corte decimonónico del estilo de autores como Dickens, Stendhal, Flaubert, o Pérez Galdós, que te cuentan muchos años en la vida de los personajes. Llevo toda la vida leyendo autores del siglo XIX, los admiro, y esta novela era un poco como un homenaje, aunque en el fondo son imposibles de emular.
Creo que tras muchos experimentos literarios y temporadas de olvido, estamos volviendo a los verdaderos orígenes de la novela que es la que se hizo en el siglo XIX, para mí la novela de los maestros por antonomasia. Es el tipo de narración que gusta y entretiene al lector, que consigue sacarle de la realidad tan terrible que hoy nos rige.
Esta es una novela muy documentada a nivel de datos históricos, aunque he procurado no alargarme mucho con los mismos (este no es un libro de historia, sino una novela), lo adecuado para situar a los personajes en su época, para que se entienda como pensaban y como era la sociedad de aquel momento. Con las descripciones tampoco me he alargado en exceso pues creo que el lector terminaría aburriéndose.
P.- Novela de amores y desamores, de venganza, de traiciones y ambición… ¿los grandes temas que empujan al ser humano?
Creo que de una manera u otra los grandes asuntos de los que hablamos son el amor, la muerte y la ambición por el poder. A partir de estos puntos básicos comenzamos a añadir otros temas y preocupaciones. Y esto está presente en toda la literatura, desde sus orígenes, desde Homero.
P.- Para dar entidad a los personajes, ¿te inspiraste en algún referente histórico real?
Algunos personajes sí que son reales, existieron de verdad. Miguel Aldama por ejemplo, fue un rico hacendado y líder del movimiento reformista cubano, un señor ilustrado que se educó en Alemania e Inglaterra, liberal y dotado para los negocios, aunque acabó arruinado; terminó exiliado en Nueva York por su apoyo a los independentistas. Como él alguno personajes más. El resto son invención de la autora con roles bastante marcados. Valentina es una mujer muy inteligente pero se le nubla la voluntad con una pasión física irrefrenable por el atractivo y cruel Leopoldo Bazán; una pasión que le cambiará la vida…
Cuánto de la autora hay en la protagonista no lo sé, pues siempre termina poniéndose parte de una misma en los personajes, aunque no sea esa la intención. En este caso lo único que Valentina tiene de Carmen Santos es la tenacidad.
P.- Novela cargada de imágenes poéticas y de una trama que quizás enganche de primeras más a las mujeres, aunque luego también la lean los hombres espoleados por sus esposas…
Puede que en principio atraiga más a las mujeres porque la protagonista es un personaje femenino, pero esta es una novela que puede leer perfectamente cualquier hombre. De hecho, la han leído tanto mi marido (también es mi primer crítico), como mi hijo, y a ambos les ha gustado la historia. Así que dispuesta a generalizar, creo que le puede gustar a muchos hombres.
Creo que las mujeres leemos más que los hombres, y que por tanto, compramos más libros. Y además leemos de todo.
P.- ¿Cómo recomendarías tu novela a un lector novel de Carmen Santos?
Le diría que va a encontrar grandes amores, pasiones, grandes traiciones, una gran venganza presente a lo largo de toda la novela, emociones, encontrará historia del país y de cómo eran los usos y costumbres de aquellos tiempos. Y lo que el lector va a encontrar sobre todo es mucho entretenimiento, que no se aburra. Yo no quiero adoctrinar, ni dar lecciones, solamente contar una historia que entretenga con precisión literaria.
Por Benito Garrido.
La novela es un escanto. Sin embargo, como cubano, creo que le faltó a la autora investigar un poco más acerca de los vocablos que se usan en Cuba y en el Caribe para denominar ciertas prendas de vestir y alimentos como «maíz» (no choclo) o bombachos, solo para dar dos ejemplos. Esos son términos usados específicamente en América del Sur.