Yo, Picasso. Autorretratos
Por Eva Vera.
Carrer de Montcada, 15-23, Barcelona
Hasta el 1 de septiembre
Yo, Picasso es la primera gran exposición sobre autorretratos del pintor malagueño, y se podrá visitar en el Museu Picasso de Barcelona desde el 31 de mayo hasta el 1 de septiembre. A propósito de este género, él mismo decía: «Cuando comienzas un retrato y buscas una forma pura, un volumen limpio, a través de eliminaciones sucesivas, llegas inevitablemente al huevo. Del mismo modo, comenzando con el huevo y siguiendo el mismo proceso a la inversa, terminas con el retrato».
El autorretrato es un género muy complicado para cualquier artista, es un modo de verse a sí mismo, de reflejar su personalidad. A lo largo de la Historia del Arte han sido muchos los artistas que se han autorretratado, pero algunos de especial importancia, como Durero (el primero en pintar tantos autorretratos), Rembrandt o Van Gogh.
De Picasso (Málaga, 1881 – Mougins, 1973) se conservan muchos autorretratos – 90 podemos ver en la exposición, en un espacio de 77 años -, más de los que podríamos creer si tenemos en mente el resto de sus obras tan famosas. Es por eso que el autorretrato en Picasso ha sido relegado a veces a un segundo plano. Veamos algunos ejemplos importantes.
Aunque las obras de sus primeros años son más “tradicionales” (como el que hizo con 15 años), la evolución es evidente, y ya a los 20 años puede verse como el pintor intenta reflejar su carácter en el lienzo. A finales de ese mismo año, 1901, realiza otro autorretrato donde pueden verse trazas de ese periodo azul que empieza (y que continuaría hasta 1904). No sólo quiere retratar su aspecto exterior, sino también el interior.
Años después, en 1906 y 1907, encontramos nuevas obras con influencias de Cezanne, y con tendencias más geométricas y cubistas.
A medida que los años pasan, otros temas le interesan más y el número de autorretratos desciende: varios en lápiz y car
boncillo en 1921, y con la misma técnica ya en 1940. Los últimos autorretratos de Picasso (obras como tal, sin tener en cuenta su aparición” en otras) fueron varios meses antes de morir, realizados con lápices de colores y en tan sólo varios días. Puede que él mismo supiera que su muerte se acercaba, ya que uno de ellos bien podría parecernos una calavera picassiana nada más verlo.
Picasso era un pintor muy prolífico, y el hecho de que no sólo fuera pintor, sino que se interesara por muchas técnicas, modelos, corrientes… no hace más que hacer crecer su personalidad. Y es por eso que un artista se ve “arrastrado” al autorretrato, es una manera de analizarse a sí mismo, tal como hacía Van Gogh. Puede que mirándose a si mismo a través de un lienzo comprendiera mejor las cosas. Sea así o no, afortunadamente nos ha legado todos estos autorretratos que ahora podemos ver en el Museu Picasso de Barcelona; puede que así seamos nosotros los que le comprendamos mejor a él.