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En la muerte de Elías Querejeta, me viene a la mente la que tal vez fuera una de las películas más controvertidas que produjo. Víctor Erice quiso adaptar en El sur el hermoso relato homónimo de Adelaida García Morales (si a alguien le interesa, está editado en Anagrama y es relativamente fácil de encontrar), pero las dificultades presupuestarias y el criterio del productor a la hora de conducirlas hicieron que su propósito quedara frustrado. Sin embargo, el inconveniente dio lugar a una de las películas más bellas, poéticas y sugerentes del cine español. Un largometraje al que Erice siempre se ha referido con amargura pese a que, paradójicamente, constituya hasta la fecha su obra maestra indiscutible. A veces, los fallos acaban siendo el germen de un acierto. Y, en este caso, Querejeta supo embridar un talento tan descomunal como el del cineasta vizcaíno, a costa de perder su amistad, para engendrar una joya que nos sobrevivirá a todos. Descanse en paz.
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