LIGAR EN INTERNET V
Por JUAN LUIS MARÍN. No, no me he apuntado a otra página para encontrar pareja, rollo o lo que se tercie. Porque, de momento, no me hace falta. Y a tí tampoco. El haberlo estado tiempo atrás es como tener pasta en el banco: genera beneficios. Su cantida depende de lo que te lo curraras. Y se llama chorbagenda.
Una de las razones por las que lo hicimos fue precisamente esa: nuestra chobagenda estaba más usada que el «comooorrr» de Chiquito. Y ahora tienes una completamente nueva a la que puedes recurrir… pero siguiendo ciertas reglas:
– Si vas a llamar, procura hacerlo sobrio. Y no porque se te pueda trabar la lengua (que también) sino porque solo en tu casa (o con tu gato), fumando un pitillo tras otro mientras vacías litronas de cerveza, puedes acabar generando un estado de ánimo de desesperación que te lleve a llamar sin pensártelo dos veces… y luego te arrepientas:
A) Porque, a la mañana siguiente, recuerdas vagamente la conversación que mantuviste con ella y piensas que, definitivamente, quedaste como un gilipollas.
B) Porque, dos días después, la chica en cuestión te llama para quedar y piensas que tendrás que fumar 100 cigarros y vaciar 1000 litronas más para soportar el trago.
C) Porque, a la mañana siguiente, despiertas con ella a tu lado y te entran ganas de salir corriendo, comprar una máquina del tiempo… o cortarte los huevos.
En el pasado, para evitar este tipo de tragos, lo tenía claro: me deshacía de los números de teléfono. Sin piedad. Eran tiempos difíciles para semejante misión pues cada vez que llamabas marcabas el número completo, no pulsabas un nombre en tu móvil. Y te lo sabías de memoria. Dicen que el tiempo lo cura todo. Bien, también produce amnesia crónica. Me ocurrió con mi primera novia, la que me dejó por un tío calvo y gordo… pero con un Golf GTI. Un día, pasado uno o dos años, fui a llamarla… pero no pude. Había olvidado su número de teléfono.
Tú decides. Porque hoy día, como lo borres, y al no haberlo marcado salvo para guardarlo, habrás perdido ese número de teléfono… Para siempre.
– También puedes recurrir a los mensajes de tanteo, ya sabes, «Hola, cuánto tiempo» o «¿Sigues como Chuck Norris, desaparecida en combate?». Pero ten en cuenta dos cosas:
A) Quizá no sepa quien es Chuck Norris… ni el remitente del mensaje, porque borró tu número de teléfono hace tiempo. Y pasará de tí como de comer mierda.
B) Cuidado de a quién se lo mandas. Imagina que conociste a una chica estupenda, pasaste una noche genial… y no sabes nada de ella hasta que recibes un mensaje que dice «¿Haces algo esta noche?». Sí, tienes razón. Tardarías en responder menos de lo que canta un gallo mientras corres a lavarte los bajos y echarte la colonia de los domingos. Pero a la inversa, ella pensaría que sólo quieres echar un polvo y ya sabes lo que eso significa: que te mandará a la mierda.
Joder, siempre que surge este tema pienso que no somos tan diferentes, que también a vosotras os gusta echar un polvo porque sí de vez en cuando, por las bravas, por pasarlo bien… O por deporte. Lo tengo claro. Cristalino. Tanto como que nunca lo reconoceréis.
Por eso ligar con vosotrass es tan… «emocionante».
A veces, amigas mías, podríais ponérnoslo un poco más fácil.