HMS: Horror Summer Tour 2013
Texto y fotografías: Laura Muñoz
Como si de la gira de una mítica banda de rock ‘n’ roll se tratara, los herederos tomaron la carretera el pasado 28 de mayo, encendiendo los motores del Horror Summer Tour 2013 por tercera vez consecutiva.
La batuta en manos de Fernando Marías, el apoyo y la producción de Silvia Pérez Trejo a través de Imagine Ediciones y el patrocinio de Ámbito Cultural de El Corte Inglés, que lidera Ramón Pernas. El lío está servido. Esta alta dosis de compromiso e ilusión, de gran trabajo y esfuerzo, hacen que surja una magia especial. Todos y cada uno de los que componen la familia Hijos de Mary Shelley resplandecen en su esencia para ofrecer un show que ya es imprescindible cada año. Estos espectáculos son esperados cada vez que nace un nuevo volumen de HMS, exclusivo y numerado, que contiene los relatos, poemas, partituras y otras producciones que son interpretadas por sus autores en diferentes escenarios de la geografía española.
La pasada semana dieron el pistoletazo de salida en Tudela (Navarra), inaugurando esta nueva tournée con dos “etapas de carrera” repletas de actividades programadas junto a Francisco Javier Briongos.
Carretera y manta un martes que se presentaba nublado y al que “los herederos” pusieron luz a través de sus sombrías creaciones. Irónico y cierto.
En la primera de las jornadas, algunos de los Hijos de Mary Shelley visitaron el Instituto Jesuitas. En un aula repleta de estudiantes compartieron el origen de este especial proyecto literario y desvelaron uno de los secretos de la actuación: dos piedras que son más que eso y que la poeta Raquel Lanseros llevó consigo. EL secreto de estos guijarros, un homenaje sentido y sincero hacia uno de los poetas más venerado de la historia de la literatura. Los alumnos apenas pudieron parpadear cuando Rosa Masip dejó escapar su voz al amparo de la guitarra de Toto Serrano. Un unplugged como adelanto a lo que les esperaba esa noche en el Teatro Gaztambide. Intenso y todo magia, llegan los últimos ensayos, maquillajes y preparativos para que todo el que acudiera a la llamada del espíritu Shelley disfrutara al máximo.
Expectativas cumplidas y sobrepasadas al mirar, desde el escenario y entre bambalinas, las butacas del Gaztambide. El marco y experiencia en que las almas de las poetas Yolanda Castaño y Raquel Lanseros fueron liberadas es indescriptible. Suerte que la gira acaba de comenzar y habrá oportunidades y diferentes ubicaciones para observar y vivir en primera persona. Un escenario con velas, romántico y bucólico. La banda catalana H de Ada para musicar las palabras y dar ese aire de importancia a las notas cuando se sienten. Sorpresas y confidencias.
Y la piel de Shelley en la de sus hijas. Una creación exclusiva de Marta Prieto que fue desvelada en plena actuación. Los ya famosos guantes, hechos a medida y de forma artesanal, llamaron la atención de todo aquel que supo mirar después de ver. Ningún par igual. Ningún mitón idéntico. Un objeto de culto que se sumó, naturalmente, a la troupe.
Con el estigma ya integrado entre los presentes, llegó la segunda hornada de herederos a Tudela. De nuevo preparativos para ofrecer lo mejor, más maquillaje y ensayos generales. Anochece y la entrada del Teatro Gaztambide vuelve a ser invadido. En camerinos, todo movimiento. Adrián Gualdoni hizo oficial su bienvenida a la familia Shelley, derecho obtenido tras ganar el I Certamen “Se buscan Hijos de Mary Shelley” que se realizó el pasado mes de marzo en Diablos Azules. Su relato Red Cloud, contado con naturalidad y ternura a pesar de su dureza, abrió el segundo show.
Y el remolino pelirrojo.La tormenta en la dicción de Cristina Fallarás. Un monólogo inspirado en la experiencia y su obra “Últimos días en el puesto del Este”. Bofetadas de realidad y LA carne. La bruma de la escenografía que nace del dolor y la injusticia del presente que vive. Que vivimos. Papeles que vuelan, folios que Fallarás espeta sin cuidado, al igual que sus palabras. La fuerza hecha cuerpo. O carne. O ambos. Aparición misteriosa y esperada de la Sirena Negra, humanizada en la voz, cuerpo y sentimientos de la gran actriz y soprano Ruth González Mesa. Un arrastre en el escenario, las miradas a la luz y sus lágrimas brotando a través de su garganta y corazón la convirtieron en una de las experiencias más sensibles de la noche. Sirena Negra es un monólogo nacido de la pluma de Vanessa Montfort, escritora y dramaturga, y la partitura creada por el músico Luis Antonio Muñoz. Un instante, nada más, y todos ubicados en el lugar oscuro e injusto donde se recrea la pena de esta suerte de sirena. Espido Freire, confidente, relata su experiencia en Estambul. Con alta carga de rabia y sentimientos encontrados, la venganza y el miedo se acoplaron al micro que expandió sus palabras hasta abofetear a cada una de las butacas del Gaztambide. Espido miró al monstruo de frente y descubrió a otro. Espejos de sinceridad que nunca sabremos si son del todo ciertos.
Con un saludo conjunto, termina la intervención de Hijos de Mary Shelley en Tudela. Preparados y con el motor humeante. Próxima parada en Bilbao. Hoy, día 3, en la carpa de la Feria del Libro de la ciudad. Los días 8 y 9 de junio en Zaragoza, sala Ámbito Cultural de El Corte Inglés. El 31 de julio partirán hacia Avilés y estarán formando parte del Festival Celsius 232 hasta el 2 de agosto. Última parada nacional en A Coruña, el 3 de agosto.
Después del arranque inicial y tras la presentación oficial de “La soledad es el hogar del monstruo” del pasado 31 de mayo en Diablos Azules, tienen la suerte de que su ejemplar sea firmado por los herederos del estigma, sus terroríficos creadores.
No digan que se lo perdieron por falta de oportunidades. Escuchar/leer no es lo mismo. ¡Vívanlo!