Diagnóstico de medidas
Por Santiago López.
El asunto que quiero tratar es de vital importancia y más con los datos del paro que se vienen dando últimamente. La cuestión a este respecto no es y no puede seguir siendo si hay que recortar o no hay que recortar: estas dos posturas tan radicales, que todavía hoy algunos pretenden defender, no son sino la única forma de no hacer política, más bien “amiguismo” o partidismo.
Antes de apoyar una respuesta u otra de las anteriormente mencionadas, lo que se impone es la necesidad que hay de plantear “la pregunta” sobre qué puede ser mejor a la hora de actuar frente a un problema. Dicho de otra manera: antes de operar o no operar a alguien hay que saber si padece de algo, y en función de eso, hay que saber qué es lo que uno padece y de qué manera le afecta a uno.Dicho esto es más que obvio que el país esta “enfermo” económicamente y que los ciudadanos lo estamos pasando realmente mal, pero hay que saber qué partes del “cuerpo” están más afectadas y cuál es el alcance de la enfermedad: no es lo mismo una sobrecarga en una pierna que tenerla rota. Una vez que sabemos qué nos sucede exactamente, se nos dará un tratamiento u otro. Para ello, el diagnóstico es lo primero, es imprescindible; el ejemplo puede ser absurdo pero se entiende que en ambos casos aunque me duela la pierna no tengo lo mismo y no me afecta de la misma manera en mi quehacer diario si tengo la pierna completamente inmóvil o no.
Este razonamiento, que parece tan obvio, no se está llevando a la práctica en la esfera política. Antes de que alguno piense “rojo de mierda o sociata“, diré que, lejos de criticar al Partido Popular como “el malo de la película” o los “fachas”, creo que el trabajo que están realizando, está incompleto, al menos hasta el momento, y digo incompleto no porque el número de parados haya aumentado o porque no vayamos a salir de la situación de crisis hasta dentro de mucho tiempo -no juzgo su política frente a la crisis de incompleta por las consecuencias que pueda tener-, sino por la falta en el procedimiento mismo de aplicar dicha política económica. Y por procedimiento quiero decir “diagnóstico”. A mi parecer, creo que hasta el momento no podemos criticar al Partido Popular que no haya hecho un estudio minucioso acerca de cómo se encontraba el país cuando ellos llegaron al poder (déficit, endeudamiento de las autonomías, etc) y de hecho esto me consta de buena fe, cosa que además algunos lo siguen haciendo (la crisis crece y cambia y no podemos parar de estudiarla en todo momento). Una vez que el partido que gobierna hizo esto, cosa que los de la acera de enfrente se pasaron por el forro (¿ahora soy facha?) y propuso, como digo, cuáles iban a ser sus medidas a aplicar (no me meto ahora en si hicieron o no lo que decían que iban a hacer: este es otro tema) creo que no se pararon a estudiar qué repercusiones podían tener esas mismas medidas que proponían y que de hecho siguen llevando a cabo .Algunos dirán que esto no es cierto, que ya se sabía que estas políticas nos llevarían a más paro y a la menor circulación del dinero entre otras cosas, y aunque estoy de acuerdo con esto último, creo que decir esto no sirve para que un partido, en este caso el PP ,cambie sus políticas (ellos ya las aplican conociendo esto).
A mi juicio, el diagnóstico está incompleto, porque precisamente no se ha hecho un trabajo de estudio conciso sobre las consecuencias concretas de cada una de esas medidas en cada uno de los sectores a los que se aplicarían, por ejemplo, los recortes (una de esas mentadas reformas). Puedo tener un cáncer y podemos saber que nos deben aplicar quimioterapia, la cual a su vez tendrá unas consecuencias concretas tanto físicas como psicológicas en nuestro día a día; ahora bien, estas consecuencias no tendrán la misma magnitud en nosotros si nos aplican “quimio” durante una semana que durante un mes. Por esto, en lo referente a los recortes, para reducir déficit, se hace necesario estudiar el grado de efectos negativos que pueden tener. ¿Cómo? Parándose a hablar con cada uno de los sectores. “Para eso hace falta mucho tiempo y trabajo: es muy complejo”, dirán algunos, pero ¿qué es la actividad política sino trabajo? No se puede ir directamente a cubrir el déficit sin pensar, al mismo tiempo, en ir corrigiendo los efectos que va dejando nuestro tratamiento.
Recalco por tanto que: que la actividad de dialogar con cada unos de los sectores a los que les afectan las medidas del gobierno Se hace necesaria para paliar los efectos de estas mismas medidas sobre ellos, pudiéndose así, quizás, averiguar si las medidas se pueden aplicar en mayor o menor medida, modificar o exigir más o menos, etc. La crisis y sus consecuencias en el país no se explican ni se resuelven con una fórmula, es decir, con una regla matemática aplicada a todo un organismo por igual, porque unas partes pesan más que otras y tienen más importancia que otras, para con los demás y para con el sistema mismo.
Parece que la crisis sólo se puede resolver, en gran medida, a costa de los ciudadanos, y creo que en esto todos podríamos estar de acuerdo, es decir, que nos toca sufrir ya que los recortes, que se tornan imprescindibles, recaen sobre nosotros, pero ¿se puede minimizar ese coste? ¿Es posible? Puede que si o puede que no (ni lo afirmo ni lo niego) pero de poderse, ¿cómo podría saberse si no es preguntando a cada uno de los sectores qué les sucede o qué les puede suceder si les aplicamos esto o lo otro en tal o cual medida? Ahora bien, este ejercicio, a mi juicio, no sólo depende del partido que gobierna, sino que debe ser el trabajo tanto de oposición como del resto de partidos, porque ellos también tienen que hacer política y porque además este trabajo es de tal magnitud que, por qué no decirlo, cuantos más mejor. La propuesta de este ejercicio y la aplicación del mismo es, aunque muchos no lo crean, una “acción política concreta” que de llevarla a cabo, recae en las condiciones materiales del país, precisamente porque los trata de tú a tu antes de actuar sobre ellos.
Concluyo: de no hacer este ejercicio las políticas y las medidas están incompletas; a mi parecer, cualquier argumento por parte de un partido sobre unas medidas u otras está vacío sin dicho ejercicio, precisamente porque no se pueden conocer con exactitud la manifestación material de esas medidas: si el argumento de un partido es sólo describir algo cómo malo por las consecuencias negativas que pueda tener pero que ya sabemos que han de suceder y que van a suceder, es de incompetentes o de alguien que hace ideología (dependiendo de cuál sea el motivo de no llevar a cabo el diagnóstico correspondiente). A su vez, no llevar a cabo dicho diagnóstico e ignorar las consecuencias materiales que no son sino las manifestaciones de cada una de las medidas, es o bien de ignorantes, o bien de incompetentes, o bien de ideólogos.