AVISO A NAVEGANTES: LAS NOVELAS TAMBIÉN EMIGRAN
Por INMACULADA DURÁN. Parece ser que las novelas, como todos los jóvenes que buscan trabajo en España, tienen también que emigrar a otros países en busca de un futuro mejor. Es como un “Vente a Alemania Pepe”, pero de las letras. Por cierto, aprovecho que esta película de Lazaga la protagonizó Alfredo Landa, para dedicarle un pequeño recuerdo desde aquí. También constato, por desgracia, que se cumple aquello de lo que hablaba unas entradas atrás en este blog, “Fúnebres coincidencias” se llamaba, sobre que suelen coincidir varias muertes de personajes populares en un corto espacio de tiempo. En este caso, al actor navarro le siguió Constantino Romero, que con su muerte ha dejado mudos a todos los actores que hemos conocido a través de su voz.
Volviendo al principio, esta semana me ha llamado la atención un artículo publicado por ABC, titulado “La novela española hace las maletas”. En él, su autor, David Morán, nos cuenta cómo escritores que han pasado totalmente desapercibidos en España, se han convertido en auténticos bombazos en otros países, a pesar de tratarse, en los cuatro ejemplos de los que habla, de autores noveles.
Destaca el caso de Dolores Redondo, que con su primera novela, “El guardián invisible”, ha conseguido derechos de traducción en 18 idiomas. Redondo dice que guarda “como medallas de honor todas las cartas de rechazo”. Hoy, ya suma ocho ediciones en castellano.
También es llamativo el caso de Jesús Carrasco, quien después de que su primera novela, “Intemperie”, pasase en un primer momento sin pena ni gloria por el mercado español, ha sido traducido en Inglaterra. Actualmente ya lleva ocho ediciones en España y se ha traducido, o está en proceso, a 14 lenguas, en negociaciones con otros 17 países y en vías de convertirse en película. Carrasco es, lo que llaman las editoriales y según la noticia, un “espontáneo”, alguien “sin agentes ni contactos”.
El artículo, que os recomiendo, destaca también los casos de Marian Izaguirre, con “La vida cuando era nuestra”, que ha vendido sus derechos a Francia, Holanda e Italia antes de publicarse en España , y de Natalia Sanmartín, con “El despertar de la señorita Prim”, cuyos derechos han sido adquiridos por Italia, Alemania, Francia, EE.UU, Canadá, Reino Unido y Polonia.
Lo dicho: interesante y esperanzador.