Marea de aceite de ballenas
Marea de aceite de ballenas
Romina Freschi
Por Juliano Oscar Ortiz
Hace poco tuve la posibilidad de ver la película”Lo imposible” en la que una familia es protagonista del tsunami que asoló las costas asiáticas. Este libro me traslada a esa historia ya que es una sensación de pequeños tsunamis invadiéndolo todo. Imágenes, sentidos, contrasentidos, evocaciones y repeticiones que avasallan la lectura y se posicionan en un no lugar, un continuo lenguaje que compone, que restituye, que constituye la poesía de la autora.
Romina Freschi es una poeta esbozada en preguntas que no tienen respuesta. Su estilo es potente, descarnado, sin piel, desnudo, en permanente quiebre para quedarse librado a su suerte en los rincones de una intemperie de permanente alteración. Se mueve serena en los márgenes de una maldición que necesita, que la recupera. A veces girondiana, a veces surrealista, en otras la habita un halo a Rimbaud y sus aventuras africanas, absurdas, ilógicas.
Hay distancias y encuentros, sonidos y silencios, la lucha de lo cotidiano por romper estructuras como si fuera una manifestación admirable del universo. Queda en evidencia su espasmo por vivir, por narrar, la contextura desconcertante de una existencia exaltada por una visión que atrapa las imágenes y las acepta. Pero las cuestiona.
Girondo escribía, “Hemos abierto las ventanas de siempre. Hemos encendido las mismas lámparas. Hemos subido las escaleras de cada noche, y sin embargo han pasado las horas, las semanas enteras, sin que notemos su presencia”. En la poesía de Romina ocurre esto y se nota que es verdadero, no hay falsedad en cada verso. Baudelaire sostenía que “no hay que despreciar la sensibilidad de nadie. La sensibilidad de alguien es su genio”.
Y Romina Freschi es sensible.
Romina Freschi dirige la revista Plebella y publicó más de diez libros. Es una referente del género poético en la Argentina y en esta oportunidad Marea de aceite de ballenas pertenece a la colección Iluminaciones de la Editorial Ruinas Circulares.