Historia del arte en 70 minutos
Por Mario S. Arsenal
La inmensa mayoría de las manifestaciones culturales de hoy se decanta por la crítica social debido al tan próspero horizonte del que gozamos en la actualidad. Pero, ironías aparte, cabe preguntarse: ¿podríamos pensar todavía en un teatro de afán pedagógico? ¿Existe ese espacio mientras cae la tormenta y transitamos ese lugar indefinido llamado cultura de crisis? En el centro de la compañía Seven Inks creen que sí. De hecho, ya con Historia de España en 70 minutos nos ofrecieron un panorama de las idas y venidas, de los acontecimientos más nombrados y relevantes de la realidad histórica española que, si bien se presentó sesgado pero ilustrativo, su formato breve gozó de una frescura que al parecer podía ser aprovechada para tratar distintas áreas del quehacer humano, entre ellas, evidentemente, la del arte.
El culpable de Historia del arte en 70 minutos es un polifacético y acertado Ernesto Filardi, y esta obra tiene la virtud –siguiendo a la predecesora de cerca, por el formato y el carácter–, de dibujar una perspectiva mayor, más amplia y ambiciosa. En ella no se acotan ni tiempo ni espacio; es un perfecto lienzo por el que desfilan los protagonistas más reseñables del arte universal, rompiendo de algún modo, por tímido que sea, el eurocentrismo que tanto se parece a nuestra decadente parrilla de titulares matutinos.
Planteada desde un nivel de bachillerato, la función tiene muy presente el didactismo en forma de concisión y claridad, pero no sólo: también el entretenimiento juega una baza fundamental en esta puesta en escena arriesgada, considerando, claro está, el reto de resumir legiblemente más de cuarenta siglos de arte de manera dinámica y –lo más importante– divertida.
En la compañía coinciden positivamente en que a todo el mundo le gusta el Arte, cosa que es verdad. Convivimos a diario con imágenes que forman parte de nuestra realidad, unos más otros menos; sin embargo todos nos relacionamos con ellas, como quien respira, con o sin consciencia expresa del fenómeno.
Y es que acaso los puristas y la frescura no son términos muy simpáticos en el sentido filosófico de la palabra, pero es realmente magnífico disfrutar de la estampa de un Minos proveniente de las fiestas de San Fermín vino en mano, o de un Pericles de rasgos amanerados, o de una Gala Placidia estridente que masca chicle desvergonzadamente reclamando austeridad, o al dios Shiva hablando con acento gallego. Una galería de personajes y artistas interpretados, además de por su creador, por un siempre desternillante Javi Rodenas y una maravillosa Iria Márquez, a la que puntualmente ha sustituido, con la finura que la caracteriza, Luna Paredes.
Queda por tanto este conjunto de diapositivas que no me resisto a recordar, tales como un Leonardo desquiciante y desquiciado, iconoclastas con camisetas estampadas con el lema de “Kill your idols”, un Caravaggio navajero, Bernini émulo de Marcello Mastroianni, Rembrandt reinterpretado como George Peppard en el Equipo A, a Monet con chupa de cuero reivindicando su voluntad de abandonar la absenta, a Matisse encarnado en perfecto pacifista salido de mayo del 68, o Degas, quien, con tutú y bigotazo, recibe un whatsapp de Gaughin en el que dice haber abandonado París para marchar a la Polinesia a contagiar de sífilis a todo dios que se cruce en su camino. Asimismo, no faltan guiños a cierta tradición de la pintura más elevada, pero el discurso está trazado en clave cómico-pedagógica, lo cual resulta muy oportuno dado el ritmo que a veces ha de imprimirse a la obra.
Una función, por tanto, altamente recomendable para conocer de una manera llana los enigmas de conjunto y obtener una perspectiva general que nos ayuda, con amabilidad y complacencia, a introducirnos en el paradigma del arte. Lo hace con sencillez, humor y espontaneidad. Acaso tres ingredientes esenciales para sugerir siempre sobre las tablas. Acaso la mayor audacia por parte de Ernesto Filardi y la compañía Seven Inks. Enhorabuena a todos ellos. Ahora nos toca a nosotros, los espectadores, recoger el guante para mantenerlo en pie.
Historia del arte en 70 minutos
Texto y dirección: Ernesto Filardi
Elenco: Iria Márquez, Javi Rodenas, Ernesto Filardi
Diseño de iluminación: Sergio Balsera
Iluminación: Antonio Álvarez
Escenografía y vestuario: 7 Inks
Lugar: Teatro Arenal
Duración: 70 minutos
Horario: Domingos a las 19.30h
Precio: A partir de 8 euros