Ashía, la niña somalí
Por VÍCTOR F. CORREAS. Hay lecturas que son auténticas hostias en la boca. Dolorosas. Una agria sensación que experimentas mientras las páginas pasan por delante de tus ojos agrietándote los dientes, a punto de caer con la siguiente andanada. Zas. Zas. Una tras otra.Historias que nunca deberían haberse escrito, como explica el bueno de Mario Escobar en el prólogo de esta, la que les quiero contar. La historia de Ashía, la niña somalí, la ópera prima de Neo Coslado.
Ashía puede ser una niña cualquiera; una muchacha que apenas frisa la adolescencia –trece años, una edad peligrosísima, ya ven-, feliz, miembro de una familia dichosa y rodeada del cariño de los que más la quieren. Una historia normal a todas luces. Pero no. La de Ashía no lo es. Su desgracia es haber nacido mujer en un país como Somalia. Punto. Si ese nombre ya causa escalofríos, imaginen vivir allí día tras día. El mundo de Ashía. Su pequeño universo rodeado de miseria, miedos, odio, venganza. Lo mejor de lo mejor se dan la mano en una sociedad que condena a la mujer sólo por el hecho de serlo.
De las atrocidades conocidas y extendidas en aquella parte de África –basta con buscarlas en Youtube. La carne de gallina es poco- y que se cuentan en la novela con pelos y señales tuvimos suficiente muestra los que acudimos a su presentación allá por el mes de marzo. El resto, lo imaginable y lo inimaginable, lo narra y describe Neo Coslado en esta joya que ha sido capaz de pergeñar entre entrevista y entrevista –tiene un programa de radio en Cope Villalba por el que pasan muchos escritores. Incluso hasta yo. Que ya es decir-, regalándonos una obra tan impactante como conmovedora e inspirada en unos hechos reales que dieron la vuelta al mundo en su momento. Aunque sospecho, como de costumbre, que la realidad supera con creces a la ficción y las penurias de Ashía contadas por Neo todavía estén lejos de lo que sean capaces de perpetrar unas mentes enfermas. Estén donde estén. Enfermas de odio, de desprecio hacia el semejante, más si es mujer. Enfermas de vivir. Con lo peligroso que es eso.
Hace días que llevaba buscando un hueco para dedicar estas palabras a la primera novela de Neo Coslado. Y me ha costado más que su lectura –apenas tres horas, casi de un tirón- sentado en el sofá, aguantándome la rabia y los insultos que se agolpaban en la boca, prestos a explotar en el aire. Al menos me doy el gustazo de recoger en estas líneas las sensaciones que provoca la novela. Una de esas lecturas que no te reconfortan con tus semejantes; al contrario, amplía los horizontes de miras para comprobar que el hijoputismo que se estila por estos lares dista todavía de ser lo que se cuece en ciertos países donde la vida no vale una higa. Y eso cuando únicamente aspira a tener ese valor, que ya es mucho.
Se la recomiendo. Se llama Ashía, la niña somalí. De Neo Coslado.
Escalofriante apetece leerlo y a la vez da rabia tan sólo de imaginarlo.
Muy buena reseña, sobre todo por el sentimiento que le has puesto, por lo auténtico y porque hace que merezca la pena consultar segundas opiniones antes de emprender una lectura.
Gracias a Neo Coslado por no tener miedo de abordar una temática tan dura como inconmensurable