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Siguiendo a Sylvain Tesson y su propuesta "La vida simple"

 

¿Y si la felicidad consistiera en despojarse de todo?

¿Y si la libertad consistiera en adueñarse del tiempo?

¿Y si la felicidad fuera disponer de soledad, de espacio y de silencio –cosas de las que carecerán las generaciones futuras-?

 

La vida simple, de Sylvain Tesson.
La vida simple, de Sylvain Tesson.

Actualidad editorial: El aventurero, escritor, geógrafo y periodista Sylvain Tesson que en los últimos años ha acometido empresas como dar la vuelta al mundo en bicicleta, atravesar el Himalaya a pie o recorrer a caballo las estepas del Asia Central, ahora retorna a su faceta literaria tras hacer realidad un sueño de niñez, y también una promesa de obligado cumplimiento antes de cumplir los cuarenta: vivir como un ermitaño en una cabaña perdida en el bosque. El lugar elegido, el lago Baikal, el más profundo del mundo, en la Siberia de las deportaciones masivas, a -30° y a más de cien kilómetros de la población más cercana. De resueltas de esa experiencia, La vida simple (Editorial Alfaguara, 2013), un diario de campaña metamorfoseado en diario de cabaña, donde el protagonista fuerza su propia transformación y la registra con un estilo transparente.

 

               Estar solo, es escuchar el silencio. Una ráfaga. El granizo pequeño nubla la vista. Suelto un grito. Levanto los brazos, alzo la cara al vacío helado y entro al calor. He llegado al embarcadero de mi vida.

 

Durante su apartamiento voluntario de medio año, este personaje descabalado, que pretende completarse sin seguir dictados, recibirá numerosas visitas (de animales, sobre todo pájaros, y humanos) y analizará a fondo su compromiso con los demás, mientras vive a muchas horas del vecino más cercano. El imponente marco guarda los ecos de esa patria de deportados que es Siberia, con cedros que gimen con el viento y pasos amortiguados en la nieve. Esa naturaleza imperial se estremecerá cuando la primavera tome el relevo del invierno. Tesson se evade del conformismo civilizado y va forjando una relación íntima con el confort de su cabaña, arropado por el silencio que envuelve a las tareas cotidianas: asearse, cortar leña, encender el fuego, comer y beber, escribir… En una estantería se disponen los sesenta libros que rumia calladamente: Nietzsche, Mishima, Camus, Shakespeare, Hammett, Conrad, Jünger, Schopenhauer, Chateaubriand, James Ellroy, Casanova… Acercándose a la mística mediante esas pequeñas liturgias, el protagonista no cede a las tentaciones de la gravedad, y mucho menos al desconsuelo, ni siquiera cuando las noticias del exterior lo resquebrajan. La recompensa a las fatigas del protagonista será la paz interior, un recuerdo que cabe en la maleta de quien retorna.

 

En esta franca evasión los valores del mundo desarrollado se invierten, y al mudar de piel, como todo superviviente, el protagonista se acerca a una segunda oportunidad. El protagonista irá mutándose en el transcurso de la historia con una fuerza arrolladora, como una suerte de hombre de hielo que se derrite, que se funde con la naturaleza del entorno, dedicado al silencio de los gestos simples, y a mostrar la belleza de las cosas.

 

               Prefiero las naturalezas humanas que se parecen a lagos helados, a las que se parecen a pantanos. Las primeras son duras y frías en la superficie, pero profundas, embrolladas y vivas por debajo. Las segundas son suaves y esponjosas en apariencia, pero su fondo es inerte e impermeable.

 

Sylvain Tesson.
Sylvain Tesson.

Sylvain Tesson (París, 1972) es geólogo de formación, y ya desde muy joven protagonizó diversas aventuras (dar la vuelta al mundo en bicicleta, recorrer a pie el Himalaya o seguir los oleoductos que desde Asia surten a Europa). Tras debutar con una serie de libros sobre sus expediciones, en 2009 su colección de relatos Une vie à coucher dehors mereció el Premio Goncourt y el Premio de la Academia Francesa. Ha escrito, entre otros, los ensayos Petit traité sur l´immensité du monde y Éloge de l´énergie vagabonde (Premio Nomad´s 2007), y colabora en periódicos como Le Figaro y en la realización de documentales. La vida simple recibió el Premio Médicis de Ensayo en 2011 y fue finalista de los premios Renaudot y Femina, se convirtió en un sorprendente éxito de ventas en Francia y está siendo traducido a once idiomas.

 

La vida simple.  Sylvain Tesson.  Traducción de César Aira.  Editorial Alfaguara, 2013.  240 páginas.  18,50 €

 

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