Vivir el cine: 120 películas que no podrás olvidar
Por Rubén Romero Sánchez
Título: Vivir el cine: 120 películas que no podrás olvidar
Autor: Miguel Losada
Editorial: Pigmalión, 2013
330 páginas
Cuando el año pasado Miguel Losada me pidió una lista con 25 películas que me hubieran marcado a lo largo de mi vida («no las que consideres mejor, ni las que más te gusten, sino las que hayan significado algo muy importante para ti», me dijo camino al metro de Moncloa tras asistir a un recital poético de nuestra amiga María Antonia Ortega en la Tertulia Montesinos), él ya sabía que tenía un proyecto ambicioso entre manos, «una obra de referencia», según sus palabras.
Y vaya si acertó. Magníficamente editado por Pigmalión, bajo el mando de Basilio Rodríguez Cañadas, en una Colección Lumière que es un auténtico lujo en estos tiempos, con unas fotografías en muchos casos inéditas, con carteles japoneses, chinos, italianos o españoles de películas míticas, se presenta este libro de consulta que, por su amenidad y la variedad de visiones y estilos de los participantes, se puede leer de un tirón.
Críticos como Carlos Aguilar, Gregorio Belinchón o Alberto Luchini, actores y directores como Fernando Colomo, José Luis García Sánchez o Concha Velasco, escritores como Luis Alberto de Cuenca, Enrique Gracia Trinidad, Emilio Porta, Vicente Molina Foix o Beatriz Russo, o productores como Gil Parrondo desgranan sus listas, algunos seleccionando sólo películas españolas, otros sólo películas que les han marcado en la infancia, cada uno con su propio criterio. El resultado, un libro con las 120 películas más votadas complementadas con un texto personal de algunos de los seleccionadores.
Como curiosidades, la película más votada es Blade runner. Yo no la incluí en mi lista de 25. Para mí Ridley Scott es más grande en otras, nunca he entendido esa adoración por esta (gran) película. Perdónenme.
Entre las 10 primeras, se cuela en segundo lugar Berlanga con El Verdugo. El resto de esas diez, de Hollywood.
No aparece Griffith, uno de los creadores del montaje paralelo, ni Pasolini, Malle, Truffaut, Tati, Cassavetes, o Rossen (¿cuándo se considerará El buscavidas una de las mejores películas de la historia?).
Kubrick es el director que más películas coloca en la lista, con 6, seguido de Hitchcock, Spielberg y Ford con cinco. En cuanto a los españoles, Berlanga es el preferido, seguido por Buñuel, Camus, Erice y Almodóvar. Mi adorado Neville ni aparece.
En cuanto al cine mudo, no sale excesivamente bien parado. Es cierto que la tele ya no programa películas mudas y que los jóvenes están tan interesados en ellas como yo por la reproducción esporulativa del paramecio, por eso no comprendo cómo el sistema educativo enseña historia del arte, de la literatura, de la filosofía, de la música, y no enseña historia del cine, con lo que nos gusta a los españoles (a los datos de la piratería me remito).
En fin, Vivir el cine se presenta como un amenísimo viaje a la esencia del cine: para algunos lectores ese viaje será pedagógico, para otros lúdico y para otros curioso, pero todo aquel que se haya emocionado alguna vez en la oscuridad de una sala de cine, viendo una película acompañado de otras quinientas personas pero sintiéndose el único espectador de lo que ocurre en la pantalla, encontrará algo en este libro que le haga recordar esa sensación que, lamentablemente, poco a poco vamos perdiendo.
Es que dejar la Historia del cine en una selección de 25 películas es duro de pelar…Recuerdo que yo le entregué a Miguel una lista de 100…reducida después de haber seleccionado 200. Y ya de 100 – de gusto personal y de calidad, que ambas cosas se mezclaban – no pude bajar. Hablé con él por teléfono y le dije…mira, haz lo que quieras. Elige tú las 25 de las 100 porque a mi me resulta doloroso eliminar y elegir. Y así lo hizo. Así que mi lista son las 25 de mis cien…de Miguel Losada, je, je. Afortunadamente, en las críticas anexas pude elegir Sed de Mal y ahí me extendí. Pero la realidad es que el cine es un universo imposible de encuadrar y lo que se ha conseguido en este libro es magnífico. Es de lectura imprescindible para cualquier cinéfilo. De Blade Runner hablaremos algún día, Rubén, dado que, como la he visionado siete veces tengo para dar y tomar. Estaba en mi lista…porque a Blade Runner no le dejé a Miguel que la tocara. La secuencia final, mi querido compañero y amigo, es todo un tratado de filosofía, una mirada lùcida al pasado, el presente y el futuro. Y puro cine. Esas «lágrimas en la lluvia», esa secuencia de Harrison y Rutger al borde del abismo, ese encuentro y esa mano tendida sin dejar caer al enemigo sabiendo que ello entrañaba la muerte del replicante…es de antología. Hay dos finales casi imposibles de superar: el de Blade Runner y el de Ciudadano Kane. Y eso que a la película de Welles le tocó por sorteo quedarse fuera de mi selección. Que en la de cien estaba, cómo no iba a estar. Ah…voy a hablar de una película con otro final que no todo el mundo conoce: «Nothing personal», que es más reciente. Es una de mis imprescindibles.
Y Capra?
Pues estará de Capra caída…No, en serio. Hay muchas ausencias, pues el cine es muy grande. Y Capra, a pesar de ser un director legendario, con más de 50 películas realizadas desde 1922 a 1945, se nos ha pasado. O, simplemente, no ha cabido. Como ha ocurrido con uno de los realizadores que cambió la Historia del Cine, D.W.Griffith, independientemente de algunas de las deleznables ideas vertidas en «El nacimiento de una nación». Hubo un tiempo en que él y Eisenstein, cada uno en un extremo del planeta, revolucionaron el montaje y el modo de concebir el cine. En fin, de todas formas, Capra merecía una mención, aunque fuera en un comentario, sí.