CríticaMúsica

Rumbanouche'n'roll. De cuando Petete cerró el libro y abrió el micro.

 

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Por Carmen Moreno.

            Íñigo Cappel, Kanka, Manín, Alberto Hernández, Nano Díaz, Aure Ortega, Alberto Martín, Roberto Nieto, Antoine Mader, Francis Armenteros… Les doy estos nombre, ¿y…? Completo: Petete Hernando. Y dicho esto: ¡Qué empiece la fiesta!

            A ritmo de Ska. A ritmo de blues. Con olor a Nueva Orleans, a garitos de mala muerte, a sudor y alcohol. Con colores (muchos) en las notas, con una voz a punto de quebrarse. Con un ritmo absolutamente frenético. Con ganas de salir a morir de soul. Con tiempo para preparar este disco que es un hallazgo.

            Nada más comenzar el disco de Petete ya me quedé absolutamente fascinada. Ahí estaba el metal. Ahí estaban los metales, ahí la batería que, como un latido sostiene una base brutalmente fuerte.

            Grabado en Granada, en Live Bunker Records, Huétor-Vega (Granada), el murciano Hernando se descuelga con un disco delicioso que nos traslada a los años sesenta, cuando los ritmos negros norteamericanos acogieron las canciones populares jamaicanas, y construyeron un género musical, el ska, que después daría paso, entre otros, al reggae. Dicen que el ska está diseñado para la fusión y Petete lo demuestra uniendo a la base unas gotas de rock y mucha rumba.

petete            También la crítica televisiva, y por ende social, tiene banda sonora con la canción “Reallity show”. O una composición a lo más puro rock-sabinero (cuando Sabina aún era Sabina) en “Poco pan y demasiado circo”. Es decir, la crítica tan necesaria para el mejor rock & roll.

            Un disco con resonancias a Muchachito Bombo Inferno y a Streetlight Manifesto. Un disco que nada, más cogerlo, ya presagia lo que vendrá luego. Un diseño muy divertido, una producción, la de Petete & la Band, sobria, pero certera; un sonido lleno de vitalidad, de fuerza y, sobre todo, un músico, el señor Antonio Hernando “Petete”, ante el que quitarse el sombrero. Habrá que esperar a verle en directo para ver si lo que promete el disco se hace realidad en el ámbito donde de verdad se demuestra si alguien es músico: el escenario.

            De momento, que suene Rumbanouche’N’Roll y que el espíritu Nueva Orleans se apiade de nosotros.

 

Escucha Rumbanouche’n’roll de Petete & La Band en Spotify

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