La novela de tu vida: Sílvia Soler
Por Sílvia Soler*.
La lectura ha sido para mí un refugio desde pequeñita. Me recuerdo en la cama, escondiendo una linterna debajo de la sábana para continuar leyendo cuando mis padres habían decretado ya que se apagaban las luces. En esos años mis universos de ficción preferidos eran los que había creado Enid Blyton, por un lado, y todo lo que rodeaba el universo de Celia, esa niña fantástica imaginada por Elena Fortún. Crecí entre los pasteles de jengibre ingleses y las travesuras de Cuchifritín. Comencé a escribir una novela en una libreta de papel cuadriculado que duró unas seis o siete páginas. Los protagonistas se llamaban Mike y Allison. Me cansé rápidamente y volví a mi papel de lectora, dónde siempre me había sentido muy cómoda.
En la adolescencia llegaron las lecturas obligadas: La Celestina, Crimen y Castigo, La Regenta, El Rojo y el Negro. Algunos me gustaron más, otros menos. En algún curso de lo que entonces llamábamos BUP la profesora de literatura catalana (era mi madre, en serio, pero no voy a entretenerme porque esa sería otra historia) nos propuso leer una novela de Mercè Rodoreda. “La plaça del Diamant”. En ese momento no se había adaptado ni al cine ni al teatro y el título ni siquiera nos sonaba. Alguien comentó que en el barrio de Gracia había una plaza que se llamaba así.
La leí como si me la bebiera. Y al acabar, una tarde cualquiera, en casa, busqué a mi madre. No recuerdo si la encontré corrigiendo exámenes o planchando camisas. Quizás estaba cocinando. Sólo sé que reclamé su atención porque –le advertí- tenía que decirle algo importante. Ese algo era: quiero escribir. Quiero escribir una novela como ésta. Quiero escribir cómo Mercè Rodoreda.
Intento, ahora, analizar porqué. Porque fue esa novela y no cualquier otra la que despertó en mi esa necesidad, ese deseo. Por la historia, por la inolvidable protagonista, porque recuperaba el episodio de la Guerra Civil, por los escenarios, por el estilo narrativo –distinto a todo- de su autora. Por todo eso, supongo. Leí más Rodoreda. En los años siguientes leí toda su obra. Pero nunca recuperé esa sensación, el impacto que me provocó la primera lectura de La plaça del Diamant.
Algunas veces me preguntan cuándo supe que quería ser escritora. Bien, ya conocéis la respuesta.
* Sílvia Soler es periodista y escritora. Con su última novela, L’estiu que comença, ganó el último Ramon Llull, uno de los premios más prestigiosos de la literatura en catalán. El próximo mes de junio verá la luz en castellano, bajo el título El verano que empieza (Planeta).