BETTER MAN
Era posible mejorar, me dije, modificar la existencia, el futuro que devoraba los días y las horas. Lo pensé con la carne encima de la carne, con la existencia aplastando la existencia. Y el silencio, el silencio de no oír los gritos, de ver borroso el horror que se me mostraba.
El horror empañado en sangre, quitándome de encima los cuerpos, sin ver realmente.
Atravesé el vagón, arrastrándome, y el sonido parecía querer volver a mí, pero solo había imágenes.
Lo grotesco, alojado en la garganta como una infección irreversible.
Cuando el sonido volvió, escuché a los sanitarios.
Representaban la ayuda, pero el dolor no se hizo más leve.