Pierre Schoeller: "No tenemos más remedio que creer en la clase política"
Por Alberto Quintanilla
Llega a nuestras pantallas El ejercicio del poder, una película de carácter político, de esas que buscan ahondar en las partes más oscuras de las esferas que manejan los gobiernos. Aunque su equipo técnico y artístico es francés, su trama se puede extrapolar perfectamente a cualquier país europeo, ya que hay momentos en que la universalidad es tan evidente que incluso asusta. Entrevistamos a su director, Pierre Schoeller, quien nos cuenta el proceso de realización de la película y algunos otros aspectos.
La película se caracteriza por giros bastante inteligentes y profundos, con un toque intelectual, ¿cómo se llevó a cabo un guion tan complejo?
Comencé el guion hace muchísimo tiempo. Al final me costó 8 años cerrarlo definitivamente y ha habido una maduración larga y lenta para conseguir terminarlo. Al principio estuve trabajando en la historia pero llegó un momento en que no conseguía avanzar y lo dejé aparcado. Me puse a trabajar en otra película, que es la primera que hice finalmente y se llamó Versailles. Mientras, tuve ayuda de mucha gente que continuó con la escritura de este segundo proyecto pero en realidad el guion final de El ejercicio del poder lo hice completamente solo porque quería ser libre por completo para hacer la película que yo quería.
¿Qué mensaje quiere transmitir?
En realidad, mostrar algunas cosas que los ciudadanos no conocemos muy bien. Por ejemplo: cómo se llegan a tomar ciertas decisiones y cómo funciona un gabinete ministerial, qué es un consejero, qué función tiene un asesor… Dar a conocer estos aspectos y acercarlos al público es lo que a mí me interesaba.
¿Buscaba polemizar o despertar conciencias?
La película no pretende ser incendiaria. Solo quería que el espectador pudiera acercarse lo máximo posible a las esferas del poder.
¿Qué piensan los políticos de su película?
Bueno, hay algunos ministros que la han visto y me contaron que algunas situaciones que aparecen les parecen muy corrientes y normales. En la película me interesaba mostrar qué podría provocar que un ministro se encontrara en una situación total de impotencia. La película habla mucho sobre el hoy, sobre el presente. Es alguien que solo piensa en el presente.
Hay una secuencia inicial muy impactante, extraña… con una mujer desnuda atrapada en las fauces de un cocodrilo ¿Qué quería contar?
No quería dar ninguna interpretación especial ni nada por el estilo. Lo que quería representar es un sueño. Algo con lo que puede soñar un ministro. La secuencia transmite angustia y excitación sexual. Arranca así la película para que sepamos que vamos a entrar dentro de una energía de índole sexual. Después del sueño el ministro recibe una llamada importante sobre una catástrofe. Lo que hace esta escena es anticipar lo que ocurre después. Es una especie de premonición…
Existe un gran desgaste de la clase política en la actualidad ¿la gente sigue creyendo en nuestro sistema?
No tenemos otra opción. Necesitamos a los políticos, incluso más hoy que ayer. En los momentos de crisis es cuando más se les necesita. Necesitamos un pensamiento común si no sería un «sálvese quien pueda» y eso es terrible. Hay que conseguir cierto nivel de lucidez en la clase política y saber castigarla con el voto cuando lo hace mal. La democracia, la soberanía del pueblo es lo que cuenta. La crisis puede ser momento para que se inventen y logren nuevas cosas. Tanto en la época de la Revolución Francesa como en 1933, hubo grandes momentos de crisis y se salió adelante. Ahora no tenemos más remedio que creer en los políticos y en el sistema democrático. No hay otra opción.
¿Piensa que los premios sirven para algo? Se ha llevado el FIPRESCI en Cannes, el Premio del Sindicato de los Críticos de Francia, el Mejor Guion en los Premios Cesar…
Son importantes pero son para todos los que han hecho la película. Me los tomo como algo colectivo para todos los que han participado y la han hecho posible. Es un reconocimiento al trabajo pero esto no garantiza nada. Me gustaría seguir haciendo cine porque tengo todavía algunos proyectos. Lo principal es que la película ha obtenido una gran repercusión en Francia y además genera debate.
Siendo un film humilde cuenta con un trabajo de realización muy cuidado.
Tuve la suerte de contar con un buen productor que entendió mis necesidades. Por ejemplo, en la escena del cocodrilo (el sueño que mencionábamos antes) el productor tuvo una visión artística importante. Fue necesario construir un animal gigante de 7 metros de largo, 2 toneladas de tierra… Al final fueron dos meses de trabajo para 20 segundos de película pero era importante, al ser una de las secuencias que más marca. El productor lo entendió perfectamente.
¿Existen referencias veladas a cintas políticas como ‘Todos los hombres del presidente’ (Pakula), ‘JFK’ (Stone), ‘In The Loop’ (Ianucci) o le parece que esto ya es hilar demasiado?
Yo quería hacer mi propia película, con un estilo propio. Aunque me gustan las películas que citas, creo que quizá haya podido tener más influencia El Ala Oeste de la Casa Blanca, una serie que también me parece muy importante aparte de las películas que has nombrado, pero como decía antes El ejercicio del poder es una película completamente personal.
El ejercicio del poder se estrena en salas españolas el próximo 26 de abril de 2013