Entrevista a Carolina Solé por "Ojos de hielo"
Por Benito Garrido.
Carolina Solé (Sabadell, 1966) irrumpe en el género negro con fuerza, y lo hace con una idea clara, y es que las historias y personajes que se mueven en su primer libro Ojos de hielo, terminen por ocupar un espacio junto al lector ávido de evasión. Abandonó los estudios de económicas para montar su propio negocio, una empresa que dirigió durante veinte años en los que fue proveedora de grandes compañías multinacionales del sector textil. Desde siempre estuvo en su horizonte la idea de hacer un cambio profesional al llegar a los cuarenta. Tras cuatro años estudiando técnicas de escritura en la Escuela del Ateneo Barcelonés, donde fue creciendo en el oficio de escritora, ahora se estrena con Ojos de hielo.
Ojos de hielo. Carolina Solé. Editorial Planeta, 2013. 696 páginas. 19,90 €
La Cerdanya, mes de noviembre. Llueve de madrugada y una niebla densa cubre el fondo del valle. El cuerpo de Jaime Bernat, el terrateniente más poderoso de la comarca, yace inerte sobre la tierra gélida de una era. Entre los vecinos, todas las sospechas apuntan a Dana Prats, cuya familia mantiene un litigio generacional con la familia Bernat por un asunto tierras. Acechada, Dana pide ayuda a su amiga de infancia, la abogada Kate Salas, quien regresará a su pueblo natal dispuesta a demostrar la inocencia de su amiga.
Ojos de hielo es una historia de familias que nos invita a reflexionar sobre la ambición y sus límites, sobre el modo en que la niñez condiciona la vida adulta, sobre las ofensas que el tiempo y la memoria convierten en agravios imperdonables… Y sobre la inexcusable necesidad de perdonar.
Entrevista:
P.- Para lanzarte al mundo editorial te vales de una novela negra de trama milimétricamente estudiada. Viniendo de tener tu propia empresa como vienes, ¿no hubiera sido quizás más lógico un thriller ambientado en el mundo empresarial?
Es probable, pero tenía en mente una serie de personajes que solo eran creíbles en un entorno cerrado y de difícil acceso como es el rural. Además, conozco bien la Cerdanya, un valle amplio y luminoso que, por contraste, me pareció el lugar perfecto para una novela negra. A ello se le suma el amor desmedido por la tierra que se tiene en los entornos rurales, en los que desde siempre la supervivencia de las familias ha dependido de la cantidad de terrenos que poseían.
P.- Novela negra muy actual que además de cumplir con los cánones del género, busca personajes alternativos. ¿Te inspiraste para tu historia en algún hecho o personaje real que conocieses?
Creo que la base de datos para diseñar y construir los personajes está en nosotros de forma inconsciente, formada por las personas que conocemos o hemos conocido. Todos tenemos tics, gestos o motivaciones en la vida que nos singularizan. Cuando los vemos en los demás, lo que nos llama la atención lo retenemos en nuestra memoria y va incrementando día a día esa base de datos.
P.- La trama se desarrolla en escenarios diferentes a los habituales de la novela negra, como es este valle de los Pirineos. ¿Por qué La Cerdanya? ¿Qué tiene de especial esa zona?
Como te comentaba, la Cerdanya es un lugar entre montañas, fronterizo y, antiguamente, de difícil acceso. Algo así condiciona el carácter de la gente. En las últimas décadas ha sufrido una avalancha de visitantes, y sus pueblos se han ampliado de un modo increíble por la construcción de segundas residencias, que entre semana son como pueblos fantasma. La Cerdanya tiene hasta un aeródromo, lagos de alta montaña y pequeños valles casi inaccesibles en la zona más oriental de la sierra del Cadí. Me pareció que por todo ello era un lugar perfecto, que me daba mucho juego y un sinfín de posibilidades para ambientar una novela negra.
P.- ¿Es importante conocer las dudas y planteamientos psicológicos de los protagonistas para, como lector, llegar a empatizar con ellos?
Sí, como lectora la dimensión psicológica del personaje me ayuda a comprenderlo y sobre todo a creérmelo. Las dudas y el dar vueltas a las cosas son rasgos que le dan profundidad y te acercan a él, igual que las pequeñas cotidianidades, como por ejemplo la dependencia del móvil o el tipo de desayuno que toma. Pero para construir un personaje lo que realmente necesito es saber toda su historia, desde pequeño, pues estoy convencida de que somos el producto de todo lo que nos ha ocurrido en la niñez y adolescencia. Conocer todos esos detalles hace que sus reacciones, relaciones y pensamientos sean coherentes y, por tanto, creíbles para el lector.
P.- Salas y Silva piden a gritos una continuidad. ¿Te planteaste ya desde el principio la posibilidad de que este libro fuese el primero de una serie?
Suelo escribir a partir de un guión en el que desgloso cada una de las escenas o capítulos de la novela. Cuando acabé el de Ojos de hielo, ya me di cuenta de que me quedaba mucho por contar, hechos del pasado de Kate y J. B. que necesitaba escribir para cerrar capítulos que quedaban abiertos o sin resolver de las vidas de los protagonistas en esta primera entrega. Ahora ya tengo listos el segundo y el tercer guión, y la cosa empieza a despejarse. Aunque al final va a ser el lector quien decida, como debe ser.
P.- Novela negra y crítica social van habitualmente unidas. ¿Qué es lo que más prima en tu historia?
La novela negra, la ficción por encima de todo, aunque como bien dices vayan de la mano. En el caso de Ojos de hielo, no era mi intención hacer crítica social, pero los hechos ocurren en noviembre de 2011, de modo que la atmósfera de crisis económica en la que se desarrollan las vidas de los personajes, con los problemas económicos, los recortes y el complicado ambiente social en el que vivimos, es palpable, y creo que contribuye a la veracidad de la historia y de sus protagonistas.
P.- Nos demuestras que solo es cuestión de hurgar un poco para sacar trapos sucios, secretos y pecados ocultos. ¿Resultado quizás de la incomunicación que nos rige?
Y esa incomunicación suele ser por miedo. Miedo al qué dirán, a perder estatus, a ser distintos, a no encajar, a que nos juzguen. Además, en los lugares pequeños con sociedades cerradas los pecados no prescriben. Por muy hondo que se entierren los trapos sucios, siempre hay alguien dispuesto, a veces generaciones más tarde, a desenterrar y airear los secretos ajenos. Creo que eso es algo que ocurre en todas partes, casi de forma inherente a la condición humana.
P.- Novela muy visual. ¿Es esa tu habitual forma de escribir: buscando la imagen?
Posiblemente sea influencia del cine. Me fascina, y al escribir visualizo las escenas, la coreografía de los personajes, y me tomo como un reto personal conseguir que el lector se sienta dentro de la historia, en ese escenario. Creo que es una buena forma de sumergirse en la trama y disfrutar de ella de modo más completo.
P.- ¿Cómo surgió la idea de un título como Ojos de hielo?
Surgió al escribir la primera escena en la que coinciden el sargento J. B. Silva y Santi Bernat, el hijo de la víctima. La verdad es que imaginé lo que pensaría alguien visceral y cálido como J. B. de una mirada sin sentimiento, que no transmitía ninguna emoción, y se me ocurrió que él la definiría como azul y fría como el hielo.
P.- Del mundo empresarial al literario. ¿Cómo fue ese paso? ¿Qué te ha resultado más complicado?
De la etapa en la empresa aprendí que para sobrevivir y que te respeten en cualquier profesión debes buscar la excelencia. Naturalmente siendo consciente de tus capacidades. Pero formándote y trabajando duro. Y, a riesgo de sonar a tópico, puedo decir que escribir no me ha cambiado la vida, pero sí la mirada. Ha sido de forma gradual, sin ser demasiado consciente, pero sí inexorable. Ahora necesito observar más lo que me rodea, las reacciones de las personas, sus movimientos, para poder contarlo. Si observas con atención a dos personas charlando en un bar, seguro que ves muchísimo más que si escuchases la conversación con los ojos vendados.
También han cambiado las cosas en otros sentidos. Escribir ha sido una apuesta de familia, económicamente arriesgada, pero en la que voy a trabajar duro para ofrecer al lector un entretenimiento de calidad, bien urdido y presentado con técnica y método.
P.- ¿Cuáles son tus referentes literarios a la hora de escribir?
En novela negra, el maestro Montalbán, Alicia G. Bartlett, Lorenzo Silva… Entre los nórdicos, Mankel, Jo Nesbo, Larsson…
Pero mis referentes más profundos, los que siempre rondan en mi mesilla de noche y me hacen pensar en la psicología del personaje, son Coetze, Lessing… los decimonónicos como Stendhal… y me apasionan autores latinoamericanos como García Márquez, Cortázar y sus cuentos, o los de Isabel Allende. Y la prosa de Ángeles Caso me parece de una sensibilidad deliciosa. Y voy a parar aquí, porque podría llenar páginas enteras.
P.- ¿Has empezado ya con el siguiente capítulo protagonizado por Salas-Silva?
Estoy trabajando en la segunda historia de la pareja Kate-J. B., Salas-Silva, pero muy atenta al feedback de los lectores de Ojos de hielo para introducir ajustes. No se puede hacer una novela a medida, pero me parece muy interesante conocer las impresiones de los lectores y ver por dónde van sus preferencias a la hora de querer conocer más y mejor a ciertos personajes.
Hola me ha encantado el libro y me ha tenido en suspense desde el principio. Tal y como explicas te puedes ver situada en todo momento. Lo malo es que el final ha quedado muchos temas sin solucionar me esperaba que hubiese quedado todo mas aclarad.