Trabajadora incansable, a los catorce años ganó su primer premio literario. Su obra es tan extensa que abarca casi todos los géneros. Más de cincuenta títulos tiene en su haber. Su labor por la escritura empezó muy ponto. Recuerdo que a principios de los años noventa apareció una revista independiente que publicaba pequeños relatos de autores noveles, se llamaba Caminos y su objetivo consistía en ser una plataforma de apoyo a todos los interesados en el arte de la escritura. La respaldaba la Asociación de jóvenes escritores que dirigía Care. Ahí publicaron por primera vez Jorge Volpi, Ignacio Padilla, Mario Bellatín, entre otros. Ofrecía asesoría literaria, tertulias, organizaba congresos para escritores. Creció tanto que hasta participó como entidad invitada en la Feria del libro de Guadalajara, México, la más importante para la literatura en castellano. Durante los siete años que vivió Caminos, Care no dejó de trabajar intensamente en su propia obra.  Infatigable y hasta «obsesiva» con la escritura dice que cada día aumenta su pasión. 

Es generosa y comparte su tiempo con casi todos los que se lo piden. Colabora en distintos medios digitales e impresos. Dice que le gustaría ser dos mujeres a la vez, una para leer y escribir y otra para ocuparse de la familia. Resta horas al sueño para darse a los demás. Consigue publicar al menos una vez al año, y dice que El aire que respiras es la obra con la que más satisfecha se siente. Su anterior novela, Habitaciones cerradas se ha vendido para ser traducida a más de diez idiomas. Verla, escucharla es reconfortante, contagia su entusiasmo. Es un claro ejemplo de que sí se puede vivir de la literatura, Caminos 1eso sí, sin dejar de trabajar nunca. 

Me pongo a leer ya El aire que respiras!!!