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Pablo Neruda, ¿asesinado?

Abogado: «Hay indicios de que Neruda fue asesinado con dipirona»

El litigante, Eduardo Contreras, quien ha procesado a cientos de represores en Chile, aseveró que los militares «no podían permitirse que Neruda (1904-1973) liderara la resistencia democrática desde México, donde pensaba exiliarse».

 
Santiago de Chile.- El poeta y Premio Nobel chileno Pablo Neruda fue presumiblemente envenenado con una sobredosis de dipirona, para evitar que encabezara la oposición a la dictadura militar de Augusto Pinochet, sostuvo hoy a Dpa el abogado Eduardo Contreras, querellante del caso.

«Neruda era sin duda un objetivo para Pinochet. Junto al presidente Salvador Allende y al cantante Víctor Jara eran símbolos del recién derrocado gobierno socialista», opinó el ex diputado.

Contreras, quien ha procesado a cientos de represores en Chile, aseveró que los militares «no podían permitirse que Neruda (1904-1973) liderara la resistencia democrática desde México, donde pensaba exiliarse».

«Hay un conjunto de indicios y sospechas que hacen razonablemente presumir una probable intervención de terceros en su muerte», ahondó el jurista, quien pidió la exhumación del cádaver del escritor. Ésta tendrá lugar en la primera quincena de abril.

Entre las contradicciones del caso, citó la desaparición de la ficha médica del vate y la ausencia de un listado completo de los trabajadores de la Clínica Santa María.

En dicho centro médico falleció además en 1982 el ex presidente demócrata cristiano Eduardo Frei, en principio envenenado con gas mostaza y toxina botulímica, como revelan investigaciones judiciales.

En el caso de Neruda, el abogado enfatizó que el diagnóstico de caquexia, un estado casi vegetal asociado al cáncer, es contradictorio con la actividad del poeta en ese tiempo.

«Hay varios testigos importantes, entre ellos el entonces embajador de México en Chile, Gonzalo Martínez Corbalá, que estuvieron con Neruda hasta muy poco antes de su muerte y que señalan que estaba vital», insistió Contreras.

El jurista, para respaldar sus palabras, ahonda que los pocos medios que podían circular en los primeros días del régimen militar también hablan de un fallecimiento asociado a una inyección.

«¿Qué se le inyectó? Al parecer, dipirona, con la excusa de calmar sus dolores», se respondió el abogado, quien en el pasado interpuso cientos de querellas contra Pinochet.

Respecto a la exhumación prevista para abril, Contreras dijo a dpa que «se espera que con la actual tecnología sea posible detectar, pese al tiempo trascurrido y la proximidad al mar, la existencia de tóxicos en los restos de Neruda».

«Para eso actuará un excelente equipo de expertos, nacionales y extranjeros, y se enviará muestras a los laboratorios de mayor calidad en el exterior, sin perjuicio de lo que se haga en Chile», detalló.

«Durante años aceptamos inocentemente lo de la muerte por un cáncer que, efectivamente, él padecía. Agravado además por el daño moral causado por el genocidio».

«Sin embargo, la aparición de un testigo, Manuel Araya, y las demás señales son demasiado serias y, ante eso, nuestro deber ineludible es exigir a los poderes del Estado el esclarecimiento de la muerte de uno de los seres más valiosos e importantes de todos los tiempos en este continente», concluyó.

Neruda, de militancia comunista, respaldó el gobierno socialista de Allende (1973-1990).

Tras el golpe militar del 11 de septiembre de 1973 planeó su salida a México, donde mantenía una amplia red de amigos intelectuales y políticos.

Repentinamente internado en la Clínica Santa María, falleció el 23 de septiembre de ese año, una semana después de que el cantante Víctor Jara fuera acribillado con 44 tiros.

 Fuente: El Universal

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