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Primeras páginas

mi-primer-eduardo-mendoza-camino-colePor Sara Roma  (http://literariacomunicacion.wordpress.com/).

 

Arturo Pérez-Reverte ha afirmado en más de una ocasión que un libro es una máquina del tiempo para “ir a las Termópilas, para ir a arponear ballenas o a defenderlas, para ir a China, ¿querrías usarla? Pues ahí la tienes. Esa máquina es el libro”.

Fiel a esta filosofía la editorial Alfaguara, ha dado un paso cualitativo en la literatura infantil con la colección Mi Primer , ideada por el escritor y que hasta la fecha está teniendo una acogida estupenda. En este proyecto han colaborado exitosos autores en español como Mario Vargas Llosa, Javier Marías, Eduardo Mendoza y Antonio Muñoz Molina, entre otros, que se acercan por primera vez a sus futuros lectores con una serie de cuentos ilustrados para leer en familia. El pequeño Hoplita, de Pérez-Reverte, y Fonchito y la luna, de Mario Vagas Llosa fueron los dos primeros títulos de esta serie, a la que se han incorporando reconocidos autores del panorama literario. El camino del cole, de Eduardo Mendoza y El niño de plata, de Luis Mateo Díez son dos buenos ejemplos y cada uno es una muestra del estilo de su autor.

El camino del cole, nos presenta a Inés una niña de ocho años que comienza a ir sola al colegio y que para que su camino de ida y vuelta no sea tan aburrido se inventa un juego: todas las personas con las que se cruza cada día se convierten en personajes imaginarios La señora de la panadería se convertirá en una famosa cantante de rock; el repartidor del supermercado será un fotógrafo de moda hasta llegar al señor Antunes, un terrible bandido mexicano que no se metía con nadie y que demandará su ayuda. En este cuento, Mendoza se sirve del humor −recurso que se le reconoce tan propio en novelas como El laberinto de las aceitunas o Sin noticias de Gurb− para destacar el poder de la imaginación y la creatividad. Una historia con la que los más pequeños conocerán a sorprendentes personajes y que fomentará su propia inventiva.

Mi primer-El niño de plataEn cambio, Luis Mateo Díez en El niño de plata sigue fiel a su mundo onírico. Su escritura es sencilla, aunque está plagada de metáforas, empezando por  como la del título, “El niño de plata”, que alude a un ser fantástico que llega a la Tierra en su platillo volante y cae justo en el jardín de Tino y Pina, dos hermanos que demostrarán toda su pericia e inteligencia a la hora de ayudar al extraterrestre a regresar a su hogar. Una historia lírica y tierna que pone de relieve el valor de la amistad, el compañerismo y la solidaridad.

Si valiosa es la contribución de los narradores creando historias atractivas y lúdicas para los lectores más pequeños, también hay que destacar la labor de los ilustradores cuyas imágenes son tan elocuentes como los cuentos. Teresa Ramos, ilustradora especializada en literatura infantil, es la encargada de dar vida al niño de Plata y sus nuevos amigos con unos dibujos que destilan cierto aire de melancolía y nostalgia, a través de la aplicación de unos colores fríos (blanco, gris, negro, azul) que definen la esencia mágica y fantástica del relato de Mateo Díez. Por su parte, la obra de Daniel Montero Galán encaja perfectamente con la historia humorística y desenfada de Mendoza. En su trabajo “rectiforme espiraloide con manchitas”, la acuarela tiene el papel protagonista, aunque se alterna y combina con otros componentes como la tinta china, rotuladores, lejía e incluso las huellas de su gata, “a la que −declara− le encanta tumbarse sobre mis dibujos”. Este cuento le ha venido como anillo al dedo para poder dar rienda suelta a la creación de personajes tan mágicos como Inés que cobra vida en unas ilustraciones marcadas por tonos cromáticos muy vivos y variados para marcar la riqueza cromática de los niños.

Mi primer es una colección de cuentos ideal para fomentar el hábito lector, estimular la creatividad y empezar a conformar la biblioteca de los hijos porque como señala Vargas Llosa este proyecto se inscribe a su vez dentro de un reto y es que “las nuevas generaciones no renuncien a la lectura” porque de lo contrario esta “corre el peligro de quedar relegada a pequeñas minorías”.

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