DJANGO DESCOJONADO
Por JUAN LUIS MARÍN. Dice que quizá se retire cuando haga la décima. Porque no quiere que baje el listón de sus películas. Que es lo que está consiguiendo. En intensidad. Porque ya no se toma nada en serio. Y lo que nos sorprendió en sus inicios, ahora solo son fogonazos. Salpicaduras maestras. De sangre con grumos. Desconcertantes como un pedo. Deslumbrantes… como un retortijón.
Quentin… eres un máquina. Porque haces lo que te sale de los cojones. Y has conseguido que público y crítica no solo se lo trague… sino que además te alabe. Y no tanto por el contenido, sino por la marca. Eres al cine lo que Nike a las prendas deportivas; Sánchez Romero a las pocas ganas de cocinar de los pijos; Levi’s a los vaqueros; Tenn a limpiar baños; Paulo Coelho a los libros de autoayuda… Y Belén Esteban a la telebasura. Por eso también los has convencido de que con ésta llevas 9 pelis, cuando lo de Four Rooms solo era un corto, y Death Proof un mediometraje convertido en largo para sacar con la distribución internacional la pasta que no conseguiste en tu Yanquilandia querida.
Django Desencadenado es una comedia. Quizá no al uso. Pero comedia. De ahí el descacharrante sketch con 20 palurdos del Ku Klux Klan discutiendo por lo poco práctico de sus capuchas blancas con dos agujeros para los ojos. Antológico. Digno de Aterriza como puedas o Top Secret. Y es un piropo. Como la espléndida fotografía, los sublimes tiroteos o tu capacidad para integrar música moderna en un western, algo que no disfrutábamos de forma tan acertada desde aquel Raindrops keep falling on my head de Dos hombres y un destino (porque lo de Bon Jovi, Blaze of glory e Intrépidos forajidos no pasó de conato). Pero tras lo que hubiera sido un clímax memorable, alargas Django 20 tediosos minutos. Y no contento con eso, haces acto de presencia como actor. Y eres malo. Muy malo. Y feo. Muy feo. No pareces un vaquero. Si no un idiota disfrazado. Ridículo y lamentable. Pero como eres Quentin Tarantino y haces lo que te sale de los cojones…
A todos os pasa lo mismo. Os aburguesáis. Perdéis la chispa. Y, como se intuye de tus palabras, la ilusión. Porque dices que ya has tocado todos los géneros. Y no es cierto. La comedia ya la tienes con Django. Pero te falta el terror, la ciencia ficción…. Joder, y una de superhéroes.
Reservoir Dogs fue tu alucinante carta de presentación; Pulp Fiction la creación la marca… y fuente de inspiración para muchos que, creativamente, estaban más secos que la mojama; Kill Bill, una vuelta de tuerca; Kill Bill 2, tu obra maestra; Jackie Brown, la romántica. Y Malditos Bastardos, simple provocación.
No hagas lo que Spielberg, Quentin. O lo que Tim Burton. No te conviertas en otro Ridley Scott. Oliver Stone. Soderbergh. O Richard Donner.
No jodas, tío. Recuerda tus tiempos en el videoclub, cuando escribiste Amor a quemarropa.
De lo contrario, bro…
Púdrete.
Y la P no es muda.
No está de más cuidar un poco la redacción; entiendo que el comentarista se encuentre ofuscado con el nuevo film de Tarantino, sin embargo la rabia no es excusa para un estilo escrito deficiente.