Son cuentos
Por Sara Roma
Cuentos de amor, Emilia Pardo Bazán.
Hermida Editores, 18 euros.
Uno de los géneros que con mayor profusión cultivó Emilia Pardo Bazán (1851-1921) fue el cuento, donde resaltó por su ingente producción y por el gran valor artístico de piezas que ya entonces estaban consideradas como subgénero. Sus cientos de relatos aparecieron en diarios y revistas de la época y posteriormente fueron publicados bajo los títulos de Cuentos de la tierra (1888), Cuentos escogidos (1891), Cuentos de Marineda (1892), Cuentos sacroprofanos (1899), entre otros.
Mucho se ha teorizado sobre el cuento y su técnica, pero la conclusión común es que se trata de una historia breve, condensada en apenas unas cuantas páginas, para lo que hay que demostrar una sobrada maestría. Y en esto la autora gallega era una verdadera artista. Demostró su habilidad para, en unas cuantas páginas, contar una historia interesante, con personajes bien trazados en los que se reflejara la condición humana que tanto le preocupaba.
Recientemente Hermida Editores acaba de publicar una antología que agrupa las historias de amor. Cuentos de amor reúne cincuenta y tres cuentos que presentan el mismo tema aunque abordados de manera distinta. Algunos transitan por el terror y el misterio al estilo de Poe, como “Los buenos tiempos”; en otros, los celos son la salsa que traba una historia de pasión desaforada (“Sara y agar”)…Pero lo que los une es que todos reflejan la época en que fueron escritos.
Ella y él, fascinados por el propio sueño, hicieron de la pasión, el único ideal de la existencia y aspiraron a un amor grande, profundamente estético, ardiente y resuelto como si fuese criminal; noble y altivo como si fuese legítimo; puro a fuerza de intensidad, abrasador a fuerza de pureza. Y como quien busca ave fénix o talismán poderoso, habían buscado ambos la encantada isla de sus ensueños.
Si algo caracteriza a estos cuentos es su final con moraleja que no pretende adoctrinar y su brevedad. El lector no correrá el riesgo de abandonar su lectura a la mitad porque su extensión, de apenas cuatro o cinco páginas, lo impiden. Sin embargo, son densos y su estilo quizás peque de no haber asimilado el paso de los años tan bien como el de sus coetáneos Clarín o Galdós. En cambio, la estudiada técnica y el pulido estilo es lo que confiere vigencia y actualidad a la obra de Emilia Pardo Bazán.
Cuentos de amor son historias contadas en primera o tercera persona, por un narrador que las conoce de primera mano. El punto de partida, por tanto, ya es realista y adquiere mayor verosimilitud con las descripciones y detalles que se ofrecen de los protagonistas, enfatizando en las costumbres y en la vida cotidiana, constituyendo un verdadero mosaico de personajes −desde las clases altas (nobles y burgueses) hasta las más humildes (sirvientes, taberneros, etc.)−, en el que su autora muestra las convenciones sociales y morales de la época decimonónica como: “la mujer de bien, ni ha de olor mal ni ha de oler bien” (139); “¿Tiene algo…en secreto? ¿Algo que manche su honra?” (p. 148); “las cosas de bucólica gusta recibirlas de gente aseada, moza y no fea” (p. 220).
En esta edición que presenta Hermida editores, el texto original ha sufrido algunas modificaciones básicas con el objetivo de hacerlo más legible, adaptándolo a un estilo más actual, modificando la sintaxis de unos relatos que fueron escritos hace más de un siglo, aunque con un resultado desigual (algunas incorrecciones gramaticales o errores de acentuación se observan en la obra). También se echa en falta un prólogo en el que se presente la autora y se introduzca esta obra, explicando el modo en que se ordenan los relatos, pues desconocemos si siguen un sentido cronológico ya que en ellos no aparece ninguna indicación de la fecha y el medio en el que aparecieron publicados por vez primera. No obstante, Cuentos de amor es una obra que compila las mejores piezas breves de Emilia Pardo Bazán. Unas historias valientes y modernas para la época en que fueron escritas, en las que queda patente el estilo y la técnica por la que consiguió la admiración y el respeto de sus coetáneos.
Como decía al principio, la mejor manera de acercarse a la obra de Emilia Pardo Bazán es a través de sus cuentos, ya que además concedió a este género el valor que merecía y demostró que ni siquiera los grandes novelistas eran capaces de ejercerlo con maestría.