Solo, el fantasma

Solo, el fantasma de Andrés Guerrero. Editorial SM,  colección Barco de Vapor Blanca, 2012. Rústica, 72 pp., 7.00 euros.

 

Por José R. Cortés Criado.

 

 

Solo es un fantasma de los que no dan miedo, es pequeño, nada más que tiene doscientos años, y sus papás, fantasmas también, han decidido que debe independizarse de ellos y tener su propia casa donde asustar.

El pobre niño-fantasma no quiere irse, prefiere seguir en el barco pirata fantasma donde viven sus padres, porque papá fantasma fue pirata cuando estaba vivo, y a él le gusta navegar.

Pero, nuestro amigo Solo, porque es hijo único, acabó en una vieja casa arrastrando cadenas pero se aburría mucho porque la casa estaba deshabitada y así no podía asustar a nadie, por ello decidió salir a la calle y comenzar sus nuevas aventuras terroríficas.

Pero la calle fue peor, lo metieron en una lavadora y lo centrifugaron; casi acaba con él un perro y estuvo transformado en rana durante un tiempo por culpa de una bruja; en fin, que la cosa no le fue bien.

Cansado de querer asustar y no conseguirlo decidió volver a salir a la calle, pero esta vez sin ganas de asustar, solo para pasárselo bien y jugar con otros niños; pero cuando mejor se lo pasaba pasó algo imprevisto que causó pavor entre los pequeños, en ese momento descubrió su facultad para asustar y su fama llegó a todas partes y no le faltó gente dispuesta a ser asustada por él.

Estaba feliz porque había descubierto que los fantasmas buenos, como él, también dan miedo.

Es un cuento divertido, en el que el fantasma más que asustar hace cosquillas en la imaginación de los lectores, desmitifica el mundo pavoroso de las ánimas y provoca risa en pequeños y grandes.

El texto está ilustrado con esmero por el propio autor, al que le gusta contar historias con palabras y dibujos sencillos con gran expresividad.