Cuatro acordes: semana del 11 al 17 de febrero
Por Nil Rubió
Cuatro acordes es la nueva agenda de conciertos de la sección Barcelona. Esta semana visitan la ciudad condal: Metz, Sigur Rós, The Soft Pack y Siniestro Total.
Metz (viernes 15, Sala Apolo)
Una de las irrupciones más importantes y celebradas del rock alternativo del año pasado, vienen a presentar su primer álbum, que ha cosechado apoyo unánime en crítica y público. Los canadienses suenan a los primeros Nirvana, a Shellac, Pixies, The Jesus Lizard… Canciones que cogen al espectador por el pescuezo y lo sueltan en una vorágine de batería, bajo, guitarra y voz, tocados a máximo volumen, con una enorme capacidad hipnótica y de catarsis.
Sigur Rós (sábado 16, Sant Jordi Club)
Islandia no es solo un país conocido por su única naturaleza y su salud democrática. Poseen además un pequeño puñado de artistas con una voz muy personal. Sigur Rós tienen la capacidad de atraer grandes públicos con un mundo íntimo, bello, a veces claustrofóbico, otras más expansivo, denso y a la vez ligero. Cantando en islandés, sus conciertos son grandes muestras de rica instrumentación y visualidad muy potente.
The Soft Pack (miércoles 13, Sala Apolo)
Rock ligero, directo, sencillo y adictivo, el que suministran estos chavales californianos, provinentes de San Diego, a quien quiera pasar a verlos presentar su último trabajo, Strapped. En éste han reducido un poco las revoluciones para ahondar más en las ya de por si irresistibles melodías de sus composiciones.
Siniestro Total (viernes 15, Sala Salamandra 1)
Poco se necesita decir sobre uno de les estandartes del punk rock de este país. En la gira de que presentan, mejor que hablen ellos mismos: “Qualsevol nit pot sortir el sol”. Eso decía el maestro Sisa. Y sí: cualquier noche puede salir el sol. Siniestro Total viaja al este, al país del sol naciente, a Catalunya, desde el país del sol poniente, Galicia, para recorrer una TERRA DESCONEGUDA, un territorio tan desconocido como apasionante en el que habitan melodías y palabras que, a veces, se quedan en el (in)cómodo tintero de las caras B o en los resquicios inexplorados en la mente del artista inquieto.
