Mamá (2013) de Andy Muschietti
Por Alberto Quintanilla
¿Puede la fuerza de un breve cortometraje hacer que alguien como Guillermo del Toro se fije en ti y produzca tu primer largometraje? La respuesta es sí.
En 2008 los hermanos Andy y Bárbara Muschielly rodaron Mamá, un corto de poco más de tres minutos con dos niñas como protagonistas caracterizado por una secuencia impactante de terror. Partiendo de aquella idea original Del Toro ha decidido apostar por Andy, ejerciendo de productor ejecutivo, sin escatimar en conseguir para el reparto a una estrella como Jessica Chastain, además de a Nikolaj Coster-Waldau (el famoso actor de la serie Juego de Tronos que encarna al malvado Jamie Lannister). Bárbara Muschietti ha coescrito el guion junto a su hermano, pero parece que Del Toro es quien más mano ha introducido en la cinta, y se nota.
Conteniendo elementos sobrenaturales, que entremezclan thriller y terror, Mamá ha sido vendida como una de las películas más exitosas en EEUU de los últimos tiempos, convirtiéndose casi en una especie de fenómeno. Aún teniendo merecidos elogios, no reinventa el género ni aporta un excesivo bagaje de elementos nuevos a lo que ya se ha visto miles de veces en cientos de filmes de terror japonés (El grito, The Ring…) o incluso lo que hiciera Jaume Balagueró en sus inicios con Los sin nombre.
Sí hay que decir que el universo de Del Toro está muy presente a lo largo de todo el filme. Vemos elementos fantásticos y pasión por ciertos insectos, que recordarán algo a El laberinto del fauno (también en los créditos) pero lo mejor de la película (que no es su historia) se centra en su ambientación oscura, tenebrosa y el tratamiento de algunos planos.
El papel del personaje siniestro y terrorífico es interpretado por el español Javier Botet, que parece encasillado en este tipo de papeles tras su participación en la saga Rec como la niña Medeiros.
Victoria y Lilly son dos pequeñas que quedan huérfanas por un desgraciado suceso que el espectador debe descubrir por sí mismo, terminando ambas en una cabaña en un apartado bosque. Allí son encontradas cinco años después por el tío de las niñas, quien junto a su novia debe tratar de hacerles volver a la realidad, pues su aspecto y costumbres asilvestradas son muy extraños. Además, las pequeñas parecen ver y llamar continuamente a alguien a quien llaman «mamá».
Los elementos de suspense y terror, aun siendo efectistas gracias a la iluminación y los trucos musicales (a cargo de Fernando Velázquez) cumplen su cometido. Mamá sirve para pasarlo mal un buen rato, valga la contradicción, y es apta si se olvidan las lagunas y trucos de guion, que los hay. Los amantes del terror quedarán probablemente contentos pero quien espere una reinvención del género se frustrará.