Helena Cosano entrevista a Isabel Camblor
23 de febrero de 1981. Un pueblo castellano enclaustrado entre cordilleras. Elena, de siete años de edad, asiste como cada lunes a su clase de catequesis. Inesperadamente, Elena y sus compañeros son instados a salir del aula y regresar cuanto antes a sus casas. Un golpe de Estado se está produciendo en ese momento en el país. Durante su vuelta a casa un suceso repentino y fortuito condicionará involuntariamente la forma en que, a partir de entonces, deberá resolver cualquier acontecimiento inoportuno que se le presente. Principios de octubre de 1992, Madrid. Elena emprende su etapa universitaria en un colegio mayor. Han pasado once años en los que se ha visto obligada a enfrentarse a la vida de una forma distinta. Ahora debe hacerlo nuevamente y, muy a su pesar, se ve obligada a seguir actuando de manera implacable. Memoria de la inocente niña homicida es una novela dulce y amarga, trágica y cómica, incluso quijotesca. Es un relato en el que el amor, la ofensa, la nostalgia, la soledad, la realidad más atroz y la candidez más conmovedora van alternándose de forma completamente aleatoria mientras una tensión poderosa va apoderándose gradualmente de la historia. Pero sobre todo es una reflexión, una honda y lúcida reflexión, sobre la inevitable fragilidad humana.