SE BUSCA
Por JUAN LUIS MARÍN. Hombre o mujer (tanto monta, monta tanto, el conejo como el nabo). 18 – 45 años (orientativo). Educación básica y en buena forma física. Se valorarán idiomas y cualidades artesanales y mecánicas, así como el manejo de armas blancas y de fuego. Imprescindible: dotes de liderazgo. Conocimientos históricos, literarios y cinematográficos serán útiles, tanto en el desempeño de las funciones como para la correcta comprensión de los siguientes ejemplos prácticos:
– Atractivo y con carisma, como John Connor.
– Decidida como Louise Sawyer y valiente como Juana de Arco (abstenerse fanáticos religiosos e iluminados varios).
– Visionario como Tyler Durden (desdoblamiento de personalidad incluido para equilibrar la balanza de los impulsos en la toma de decisiones; los gastos de medicación y terapia correrán por cuenta del candidato).
– Imaginativo y resolutivo como V (la búsqueda de vendetta por tragedia personal se someterá a los intereses comunes, única prioridad tras la aceptación del cargo en caso de ser elegido).
– Con dos cojones, como William Wallace, Espartaco y Leónidas.
– Con la serenidad de la Princesa Leia, la templanza de Arwen y los ovarios de Marion Ravenwood.
– Con sentido del humor, como John McClane («yipi ka yei, hijo de puta»), Ford Fairlane («huevos fritos con jamón, te los comes cuando quieras, pero follas siempre con condón»), o el españolito tipo al volante («no me toques el pito que me irrito»).
– Brillante como Guillermo de Baskerville.
– Y entusiasta como Los Fraguel.
Interesados presentarse en cualquier punto del país, preferentemente La Capital, para liarla parda según su propia iniciativa. El objetivo: acabar con la crítica situación actual y prepararse para la inevitable aparición de su antagonista, líder de tendencias totalitarias que aprovechará el egoísmo de la sociedad pusilánime para emerger de entre la clase política y arrastrar a la masa en una vorágine de locura y caos. El ejemplo más claro, y no necesariamente más reciente, tenía bigote, no levantaba más de dos palmos del suelo y gastaba muy mala hostia (el angelito en cuestión).
Se garantiza: dolor y sufrimiento tanto físico como emocional; ausencia de descanso y / o derecho a ser feliz; pérdida traumática de cualquier relación, amistosa o amorosa, de nueva creación (las antiguas hará tiempo que se han ido a la mierda); constante sentimiento de culpabilidad, vacío y ausencia de fe, más allá de la basada en hostias, tiros y explosiones; servirá de inspiración a los demás sin que nada le inspire; y morirá, seguramente ejecutado de la forma más cruel por sus enemigos, sin llegar a ver los frutos de tanta jodienda.
A los que se lo tomen a guasa, que les den por culo.
¿Algún voluntario?