Entrevista a Rosa Regás: «Es el momento de reflexionar, de defender los derechos que se nos arrebatan»
Por Benito Garrido.
Rosa Regás (Barcelona, 1933) es una escritora que a fuerza de trabajo ha conseguido alcanzar un enorme reconocimiento dentro de la literatura española. Su bagaje profesional es vasto, pues entre otras ocupaciones ha sido editora, traductora para las Naciones Unidad, o directora de la Biblioteca Nacional. Esta licenciada en Filosofía, ha publicado novelas de éxito como Azul (Premio Nadal 1994), Luna lunera (1999, Premio Ciutat de Barcelona) o La canción de Dorotea (Premio Planeta 2001), pero también ha escrito relatos, cuentos, ensayos, artículos y libros de viaje. Ahora nos presenta uno de esos libros de plena actualidad que hace reflexionar, Contra la tiranía del dinero (Now Books Editorial, 2012). Sus obras han sido traducidas a más de diez idiomas. Colabora regularmente en diversos medios periodísticos.
Contra la tiranía del dinero. Rosa Regás. Now Books, 2012. 140 páginas. 16,90 €
En el contexto de crisis actual y de lo que la autora acierta en llamar la tiranía del dinero, este libro es un llamamiento a la indignación y al cambio de hábitos y formas de ver el mundo. Para volver a ser ciudadanos, para volver a ser individuos que luchan en favor del progreso más allá del simple imperativo del consumo y el beneficio.
Una mirada lúcida y contundente sobre la sociedad actual. Una reivindicación esperanzadora e inteligente sobre la necesidad de romper con la dictadura de los bancos, los estados y el dinero, y de encontrar alternativas. Porque ha llegado el momento de dejar de ser clientes o esclavos y comenzar a volver a ser ciudadanos que exigen sus derechos y que colaboran en el progreso del país. Contra el beneficio como única prioridad, y a favor de buscar alternativas y luchar para que se apliquen, en lugar de seguir con políticas que no hacen más que hundirnos definitivamente en la miseria.
Entrevista:
P.- De autora de ficción literaria al ensayo social y económico. ¿Qué te impulsó a escribir este libro denuncia con tantas preguntas por responder?
Aunque sea novelista, soy una persona comprometida, estudiosa de la realidad. He estudiado filosofía, y a lo largo de mi vida he trabajado y trabajo en muchos foros sociales. Pero aunque así no fuera no veo que sea contradictorio. Escribí este libro porque me interesaba el tema, igual que escribí otros porque me interesaban igualmente sobre la maternidad, la vejez, la situación de las mujeres, sobre el compromiso y la protesta.
P.- Romper con la dictadura de los bancos y los grandes estados. ¿Solo cuando nos tocan el bolsillo somos capaces de reaccionar?
Sí, es bastante cierto, pero es natural. Llevamos años sometidos al imperio de los poderes financieros que nos han convertido de ciudadanos en clientes, y el dinero es lo que nos somete al llevarnos al consumo absolutamente innecesario, y al tenerlo como medida de todas las cosas: es bueno lo que se vende y no lo es lo que no se vende. Incluso en cultura. Somos un poco papanatas.
P.- El estado del bienestar se viene abajo. ¿Es el momento para interesarnos verdaderamente por las políticas económicas de los dirigentes y las grandes empresas?
Es el momento de reflexionar, de ver a donde nos ha llevado esta locura del consumo y del imperio de la economía, de rectificar, de defender los derechos que se nos arrebatan, de protestar y de estar despiertos para que la esclavitud que se acerca no nos coja dormidos.
P.- Si tuvieras que optar por soluciones concretas a la crisis, y contarlas en pocas palabras, ¿cuáles serían las grandes medidas que adoptarías?
La primera no aceptar una deuda que es ilegítima, aceptar solo la deuda pública, pero no la privada, no la de los bancos por ejemplo. En segundo lugar perseguir con más éxito y entusiasmo el fraude fiscal y la salida de capitales. En tercer lugar luchar contra la corrupción y obligar a los delincuentes a devolver el dinero que han robado o han defraudado. En cuarto lugar equilibrar los impuestos para que no fueran los funcionarios y los asalariados con su 20 ó 28% los que pagaran mientras las empresas y las multinacionales se quedaran con sus triquiñuelas en no más de un 4 o un 5% como ocurre ahora. Regular el movimiento de capitales. Así sería fácil dar prioridad a la educación y la investigación que son nuestro futuro, y en cuanto al presente adecuar las pensiones al IPC y seguir con los programas de ayuda a los más necesitados. Y por supuesto mantener la sanidad pública. Esto último para ahorrar, cualquier necio sabe que la privada es infinitamente más cara. ¿Sigo?
P.- El tiempo nos hace libres, pero también nos hace esclavos. ¿No depende quizás del volumen de capital que cada uno tenga en el banco?
Lo que tenemos en el banco no es tiempo sino dinero. Si gastamos por encima de lo necesario, tenemos que trabajar para pagarlo, y no solo lo pagamos en dinero sino en tiempo que necesitamos para ganar este dinero. El tiempo es vida. O sea que pagamos con la vida, tenemos menos vida a cambio de un coche nuevo, de unas maquinitas, de gastos suntuarios absolutamente innecesarios.
P.- Visto que las huelgas y manifestaciones no funcionan, ¿cuál crees que es la mejor manera de exigir nuestros derechos como ciudadanos?
Las huelgas sí funcionan pero no funcionan del todo porque ya se cuidaron de hacer una reforma laboral siniestra para el trabajador que si tiene familia sabe que si va a la huelga lo echaran con las manos en los bolsillos. Las manifestaciones sí funcionan, lentamente pero funcionan, solo hace un año que han comenzado los brutales recortes en España y en Cataluña. No han servido para nada, pero servirán las manifestaciones, tarde o temprano, aunque tendríamos que ser muchos más los que nos uniéramos a ellas. Todo llegará.
Yo creo que tendríamos que sacar nuestro dinero de los bancos, dejar de invertir como hacen los que lo hacen. Volver a la economía realmente doméstica y prescindir de ellos. Así no tendría el gobierno la excusa de que tiene que dar dinero a los bancos porque no puede dejarlos caer, y a lo mejor pasaría como en Islandia, que finalmente se los reconocería como una parte de los grandes culpables y se los metería en chirona. Volver a empezar una distinta relación con el dinero, que el nuestro no sirviera para especular. Cuando el banco gana, ¿a usted le da algo? Pero si pierde por su mala cabeza o porque especula o se adjudica cantidades astronómicas, entonces es usted, y yo y todos quienes pagamos.
P.- La especulación y la corrupción nos han hundido. ¿Consideras posible su eliminación o es algo que seguirá repitiéndose en el tiempo?
Son los problemas que heredamos de la dictadura: hacer dinero fácil e impunemente, desde entonces no se castiga a los delincuentes. Tres o cuatro y aún. Hay que cambiarlo todo, es imposible vivir en un país donde se presentan a las elecciones los imputados por delitos económicos y encima ganan por mayoría absoluta, porque pagan su mejor campaña con el dinero que han robado, incluso a ONGs. Con esto queda todo dicho. Es imposible vivir en un país donde el gobierno en un año ha amnistiado a más de 400 condenados en sentencias firmes, de todo tipo, delitos económicos, delitos de tortura, y seguramente sexuales y de pedófilos, ¿por qué no?
P.- ¿Nuevos proyectos? ¿Novela quizás?
Sí, terminé hace muy poco una novela que aparecerá en primavera.
Me encanta y fascina la entrevista de Rosa Regás. Dice las cosas como son y como las siente, no utiliza eufemismos tan comunes en el tiempo que vivimos y que han exacerbado hasta la saciedad y zafiedad los representantes políticos conservadores actuales.
Merece la pena leerte Rosa, das una inyección de realidad y a su vez de entusiasmo a los que nos consideramos y reinvindicamos el estatus de ciudadano. Las medidas que propones son por las que debemos luchar y no claudicar.
Muchas gracias por expresar la realidad como la percibes.
Mi reconocimiento y enhorabuena: sigue alimentándonos con tus reflexiones.
Coincido plenamente contigo. Esta mujer dice las cosas tal y como son, y opina por aquellos otros, muchos, que se callan y no deberían hacerlo.
Saludos.