Lincoln (2012) de Steven Spielberg
Por Alberto Quintanilla
No hace falta descubrir a estas alturas a un cineasta de la talla de Spielberg. Probablemente haya logrado, en la época moderna, ser el realizador con mayores éxitos comerciales a pesar de sus altibajos, que los ha tenido. Es probable que quienes lean estas líneas hayan visto al menos el 80% o más de las siguientes películas: Tiburón, E.T., Encuentros en la tercera fase, Inteligencia Artificial, El diablo sobre ruedas, la tetralogía de Indiana Jones, Munich, La lista de Schindler, Minority Report, Hook, Salvar al soldado Ryan, Tintín y el secreto del unicornio, El imperio del sol, Parque Jurásico, Atrápame si puedes…
No es nada descabellado decir que su macroproyecto Lincoln no se aleja demasiado de algunos de sus trabajos más racionales y correctos. Más bien, se aproxima a lo que uno llamaría «cinta excesivamente academicista», demasiado formal. No sorprenden sus nominaciones a los Oscar (especialmente la de Daniel Day Lewis dando vida al presidente más carismático y famoso de la Historia norteamericana, con permiso de J.F. Kennedy).
Spielberg pone el foco de la película en el complicado proceso al que tuvo que hacer frente Abraham Lincoln a comienzos de 1865 en EE.UU. Mientras tenía lugar casi el final de la Guerra de Secesión en el país, el recién reelegido presidente tenía que intentar aglutinar a los miembros políticos que formaban el Congreso. Su objetivo era lograr el voto de la mayoría para sacar adelante la 13ª enmienda que permitiría abolir la esclavitud. No obstante, la tensión, que Spielberg no termina de saber desarrollar del todo, estriba en que Lincoln debía lograr dicha votación antes de que los confederados se rindieran, ya que eso complicaría mucho que la esclavitud desapareciera para siempre.
Junto a un Daniel Day Lewis deslumbrante al que solo Joaquin Phoenix podrá hacer sombra en los Oscar, el reparto lo componen un nutrido grupo de secundarios como Sally Field (Mary Todd Lincoln), Tommy Lee Jones (Thaddeus Stevens, congresista) o Joseph Gordon-Levitt (Robert Todd Lincoln, hijo mayor del presidente). Además, unos grandes pero testimoniales James Spader, Jackie Earle Haley, John Hawkes o Hal Holbrook completan algunos personajes del extenso reparto. No hay apenas acción en una cinta muy centrada en diálogos y que amarán los seguidores del cine político.
Lincoln llega a ser una película muy trabajada y con mucho oficio detrás. Existe claramente una labor de producción extraordinaria y se ha cuidado cada detalle. No chirrían sino que incluso destacan la fotografía de Janusz Kaminski y la música de John Williams, viejos conocidos de Spielberg.
La película, mucho más que correcta, solo falla en mi opinión en dos cosas clave. Primero, resultará confusa para los no iniciados o expertos en la historia del periodo de la guerra civil estadounidense. Y segunda, y más importante: no puede quitarse ese velo de elemento propagandístico en algún momento y hay escenas que rayan el tedio. Eso sí, por ver a Daniel Day Lewis en uno de los papeles de su vida el filme merece la pena.
Lincoln (2012) se estrenó en España el 18 de enero de 2013