Ángel Llácer: Parece difícil, ¡pero no lo es!

 

Por Alfredo Llopico.

 
Afirma el actor Ángel Llàcer que para ser una estrella, en el sentido de ser excelente en lo que haces, no es necesario tener una genialidad innata, sino trabajar más que los demás. Pero además habría que añadir, en su opinión, la coherencia, el talento, la personalidad, la empatía y la diversión. Todo con la única finalidad de disfrutar de la vida y ser feliz. En su caso, sacar lo mejor de sí mismo, enfrentarse a los miedos personales, desarrollar la empatía, esforzarse y trabajar duro son algunas de las claves que han hecho de él uno de los artistas más polifacéticos de la escena y la televisión. Son las claves que nos propone para alcanzar el éxito. 
 
Pocos son los que saben que Ángel Llàcer (Barcelona, 1974) abandonó una prometedora carrera de dirección de empresas en ESADE por la incertidumbre que le creó el teatro. Pero su formación como actor, la experiencia que ha obtenido en la dirección teatral, sus dotes para la docencia y el acusado sentido del espectáculo que manifiesta, han hecho que desarrolle con éxito su carrera tanto en las artes escénicas como en el panorama audiovisual. Conocido por el gran público desde 2001 por su participación en programas de televisión como “Operación triunfo”, “Tú sí que vales”, o “Tu cara me suena”, Llàcer ha simultaneado siempre la televisión con la dirección e interpretación teatral. 
 
¿Quién no ha querido ser alumno en sus clases? Pues ahora, el próximo miércoles tenemos la oportunidad de intentarlo. Será en la Sala Bancaja  San Miguel (calle Enmedio, 17) de la Fundación Caja Castellón. Porque, en Parece difícil, ¡pero no lo es!, título también del libro que acaba de publicar, nos ofrecerá algunas fórmulas no magistrales para encontrar nuestro propio éxito, tendremos la oportunidad de compartir reflexiones y anécdotas personales del conocido presentador que se despoja del personaje público que podemos ver en televisión y nos muestra su faceta más íntima, en un diálogo de tú a tú y explicándonos abiertamente lo que a él le ha funcionado en la vida para sentirse bien. 
 
De todos modos, que nadie espere la llegada de la varita mágica. En la vida no hay dos caminos iguales. Por lo tanto no hay recetas. Así que Llàcer únicamente pretende poner sobre la mesa una serie de reflexiones sobre el amor, la amista, el trabajo, el éxito, el talento, la televisión, el teatro y la vida en general para que podamos pasar un buen rato con una finalidad altruista: ayudarnos en la medida de sus posibilidades a reflexionar sobre nuestros valores y sobre lo que consideramos una vida de éxito. Una tarde entretenida, pues tiene claro que la máxima incuestionable del show busines de que “no se puede aburrir” debe poderse aplicar a la vida en general, pues si algo hay que no soporta, además de la injusticia, es el aburrimiento. ¡La vida no puede ser aburrida!. La tarde del próximo miércoles seguro que tampoco lo es. El próximo miércoles, tú eres el jurado y decidirás si lo ha conseguido o no. Parece difícil, ¡pero no lo es!

 

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