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Libros Leídos: "La soledad del Lector" (D. Markson)

media-uploadPor ALBERTO DI FRANCISCO. Confieso había entrado en la librería con la firme intención de comprar un libro en particular, pero, es sabido, la gran variedad de títulos suele tentarnos, y uno suele dejarse caer a menudo en esa tentación, entonces, contra todo lo planeado, salimos de la librería con un ejemplar jamás meditado en las manos, y una media sonrisa en el rostro, como si hubiésemos de pronto descubierto un tesoro,  a la vista de todos, pero brillando solo a nuestros ojos.

El factor sorpresa es clave en estas cosas, ella es la que aguijonea. Así fue como salí de la librería con «La soledad del Lector» de David Markson.

Aquí he de ser sincero: si esperaba una novela breve sobre el mundo de un lector y sus lecturas, quedé decepcionado en breve. Las páginas transcurrían sin encontrar la punta del ovillo a lo novelesco, cruzaba las hojas a la espera que en algún momento algún párrafo diera comienzo a una historia ordenada, pero eso no llegó ni hasta en la última página.

Cierto también es que, como dije, el factor sorpresa es clave, entonces, habiendo abandonado ya la posibilidad de encontrar allí una novela, me sentí sin embargo ligado al libro, hipnotizado por su lectura… Desde la primera a la última página encontramos citas, frases, anécdotas literarias, listas de personajes antisemitas, y otra lista de suicidas, que vuelven como un eterno retorno, que comprimen o descomprimen el relato. Así hallamos que esta no es una novela en el sentido formal, sino que está construida desde otro punto, y debe leerse más con asombro que con costumbre literaria. «Es hipnótico» reza un comentario, y esto es cierto, engancha con sus muletillas y con sus datos, de inicio a fin.

Cada tantas frases, el Lector se interroga, aparece en escena, como para decirnos que estamos de paseo por su mente y por sus recuerdos literarios, como para mostrarnos cómo esa  «Soledad del Lector», para revelarnos las multitudes que nos habitan a veces.

 

Alberto Di Francisco

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