A partes iguales
A partes iguales. Darabuc & Lina Žutautė. OQO editora. Con magníficas y épicas ilustraciones.
Pues, señor,
esto era una joven
que, a falta de trabajo,
se echó a andar en busca de fortuna.
En un campo de labranza
se encontró a Brazodegorila.
Brazodegorila era tan fortachón
que abría surcos con un dedo
sin que le cayera una gota de sudor.
La joven le dijo:
-¿Quieres venir conmigo?
-Soy libre -respondió él-.
Ni obedezco a jefes ni sirvo a señores.
-Lo repartiremos todo a partes iguales -dijo ella.
-Pues, si repartimos a parte iguales,
cruzaremos juntos la tierra y los mares.
Así quedaron de acuerdo y se marcharon los dos.
Ante una fuente de agua clara
se encontraron a Orejademurciélago.
Orejademurciélago oía tan bien
que distinguía el vuelo de una mariposa
a cien leguas de distancia,
y por el sonido reconocía hasta los colores.
-¿Quieres venir con nosotros?
Vamos todos a partes iguales.
-A partes iguales,
cruzaremos juntos la tierra y los mares.
Así quedaron y se marcharon los tres.
En un desierto de arenas de fuego se encontraron a Hocicodetoro.
Hocicodetoro soplaba tan fuerte
que, con solo abrir la boca, levantaba una tormenta
y su estornudo hacía temblar a los volcanes.
-¿Quieres venir con nosotros?
Vamos todos a partes iguales.
-A partes iguales,
cruzaremos juntos la tierra y los mares.
Así quedaron y se marcharon los cuatro.
Y en lo alto de una colina despejada
se encontraron a Ojodeáguila.
Ojodeáguila disparaba con tanta puntería
que con su arco acertaba cualquier blanco,
aunque estuviera en un cráter de la Luna.
-¿Quieres venir con nosotros?
Vamos todos a partes iguales.
-A partes iguales,
cruzaremos juntos la tierra y los mares.
Así quedaron
y los cinco continuaron juntos el camino.
(…)