Israel Galván a punto de calambre en el Real
Por Beatriz Cobo
El coreógrafo sevillano Israel Galván, Premio Nacional de Danza 2005, tan ensalzado por la vanguardia contemporánea como controvertido por los puristas del flamenco, es un bailaor de incuestionable talento y carisma, empeñado en bailar lo inverosímil: el susurro, el eco, el roce, la disonancia… Casi al compás del silencio, cada vez que mueve un nervio se opera una consagración.
Grandes expectativas, pues, ante el estreno mundial absoluto de Lo Real-Le Réel-The Real. Encargo especial del Teatro Real a Galván, se trata de una de las apuestas más ambiciosas de la temporada actual, que viajará, tras su paso por Madrid, a Alemania, Francia y Holanda. El espectáculo plantea un acercamiento a la difícil cuestión del exterminio de los gitanos por los nazis.
Lo Real comienza con un prólogo enmudecedor, ‘Se corta el aire’, un solo desde el punto de vista más flamenco, en el que el artista ofrece las herramientas con las que después irá desgranando la función. Otro actor le acompaña agitando un par de fustas. Comprobamos gozosos sus señas de identidad: elegancia, hondura, minucioso trabajo de creación de figuras, ruptura de códigos, reconstrucción y pose, violencia desnuda. ¡Brillante!
A Galván le interesa lo flexible, lo que tiene la capacidad de mudar de forma: el cuerpo como instrumento de percusión (y de contrición), tirantes-enredadera como asidero recurrente, alambrada-pentagrama, músculos tensados como cuerdas, cajones rotos… El resultado al que llega parece una prolongación de la búsqueda: explora el movimiento en todo tipo de superficies y materiales: bailar dentro de un piano viejo, sobre columnas-vías de tren que abren nuevas sendas, sobre placas de metacrilato; bailar en un agujero, bailarse hasta perderse a sí mismo.
En esta ocasión, Galván se acompaña de una banda y otras dos bailaoras –las muy comprometidas Isabel Bayón y Belén Maya–, aunque se añora continuamente la presencia de él.
Con una estructura aparentemente clara de partes definidas por poéticos títulos, (Un hombre: de los muertos crecen flores/ Una mujer: el cielo tiembla y se cae/ Intermedio: Carmen, la chinche y la pulga/ Última estación: La muerte es un maestro bienvenido), el montaje se va emborronando hasta devenir en una muestra de cuadros deslavazados que no logra despertar la emoción que pretende. Se abusa de ese afán del “todo sirve para el espectáculo, todo es aprovechable” –un ruido, una sombra, una exhalación–, hasta que el hallazgo se torna hartazgo, especialmente en las transiciones escénicas.
Al margen de su genio –indiscutible–, y de la seriedad del planteamiento inicial, la obra no acaba de fraguarse y conectar con el público. Hay algún problema de focos de atención y, en fin, la propuesta resulta desconcertante, lo que motiva que el aplauso llegue a destiempo, o se produzcan incómodos silencios en escena que traspasan al patio. Así, al término, revuelo y agitación, público dividido entre la desaprobación de muchos y los bravos de otros tantos –más cercanos al paraíso que a las butacas o palcos–, que intentaban gritar más fuerte para acallar el desentendimiento de quienes no admiten otra manera de contar la historia.
Mano contra el cuerpo, rodilla rota contra la tarima, una palma sorda, respiración tartamuda, el sonido del aire al abandonar la garganta. En los márgenes de una carretera, al borde del camino, perdido, un vagón de cuerpos vivos y muertos.
Lo Real-Le Réel-The Real
Coreografías y guión musical: Israel Galván
Dirección artística: Pedro G. Romero
Dirección de escena: Txiki Berraondo
Dramaturgia: Txiki Berraondo, Pedro G. Romero, Israel Galván
Baile: Israel Galván, Isabel Bayón, Belén Maya
Cante: Tomás de Perrate, David Lagos
Guitarra: Juan Gómez “Chicuelo”
Saxofón: Juan M. Jiménez
Piano: Alejandro Rojas-Marcos
Percusión: Antonio Moreno
Violín y danza: Eloísa Cantón
Baile, cante y jaleos: Emilio Caracafé, José Jiménez Santiago “Bobote”, y Carmen Lérida “Uchi”
Actores: Pablo Pujol, Pepe Barea
Lugar: Teatro Real
Fechas: Del 12 al 22 de diciembre de 2012
Horario: 20.00h; domingos, 18.00h.