De ‘Friends’ a la propia identidad

 

Por MARC TORO

How I Met Your Mother se acerca a su fin después de un largo camino de lucha contra la eterna presión de ser comparada con Friends. Pese a un planteamiento inicial formalmente exacto al de la otra serie, la producción de HBO ha conseguido dotarse de un carácter propio y diferencial capaz de superar las dudas sobre su originalidad.

HOW I MET YOUR MOTHER

Un grupo de amigos «codependientes y emocionalmente mal desarrollados, sentados en un café con sus enormes tazas» en plan «quiéreme, ¡necesito amor!». El autor de estas palabras es Roger, el novio psicoanalista de Phoebe en la primera temporada de Friends, y probablemente  sea una de las mejores definiciones que se ha hecho nunca de la esencia de esta serie. Fue este tipo de relación entre personajes, esta fórmula mágica, la que permitió a sus creadores, David Crane y Marta Kauffman, situar a Friends como serie de culto de los noventa y llegar a emitir hasta diez temporadas entre 1994 y 2004.

How I met your mother (HIMYM) nació justo un año después. En un claro intento de repetir el éxito de Friends, Carter Bays y Craig Thomas situaron a cinco nuevos amigos en la misma ciudad de Nueva York, les dieron un nuevo bar y un nuevo piso donde centrar su acción, cambiaron las tazas de café por jarras de cerveza y partieron de unos personajes y unas historias muy similares a las de serie precursora: Ted, chico intelectual como Ross, se enamora inicialmente de Robin, la chica guapa que es Rachel en Friends. Barney es un mujeriego empedernido, igual que Joey, y Marshall y Lily son el matrimonio del grupo que ocuparon en su día Chandler y Monica. Con todo, no hizo falta ni la excentricidad de Phoebe para que el experimento saliera bien.

Como era de esperar, los más nostálgicos definieron la nueva sitcom como «quiero y no puedo» o copia barata de Friends, exprimieron minuciosamente todos los detalles del guión y encontraron similitudes o elementos calcados a su precursora para dar argumentos a su teoría. Y no les faltaba razón, los parecidos son incuestionables en la mayoría de casos y HIMYM no superará nunca la novedad que representó el fenómeno de Friends. No obstante, una vez ya hemos colocado a la serie madre en un pedestal, es necesario alejarnos de la poca objetividad de la que puede pecar un fanático de los clientes del Central Perk y darnos cuenta de que, pese a todo, HIMYM ha ido forjando un estilo y personalidad propia que ya lleva ocho temporadas de éxito.

Situar el presente en el año 2030 y construir la serie a modo de narración del pasado fue el primer punto de diferenciación de la serie, que al mismo tiempo partía de un objetivo final inexistente en Friends: conocer la esposa del protagonista. Lo que podría haberse convertido en una motivación insuficiente para enganchar al público a largo plazo, se compensó con unos personajes mucho más actualizados que los de la otra serie, con un humor más atrevido y sobretodo unos comportamientos más reales ante las adversidades. El dramatismo presente tras la muerte del padre de Marshall, los intentos fallidos de relación entre Barney y Robin o el descubrimiento de la esterilidad de ésta, quedan lejos de los breves momentos tragicómicos que vivían los seis amigos de Friends en situaciones similares.  

Precisamente fueron estos momentos de drama los que aguantaron la serie cuando perdió temporalmente el gancho en la quinta temporada y los que acabaron de definir el carácter diferencial de HIMYM, juntamente con los elementos propios de la serie como las escenas musicales, los “challenges” de Barney o las intervenciones o reuniones de autoayuda.

Por si todo esto fuera poco, cabe recordar que Ted renuncia a luchar por Robin a diferencia de Ross por Rachel, que a su vez es una chica con menos luces que la inteligente periodista que interpreta su homónima en HIMYM. Ésta, probablemente, acabe emparejada con Barney, un personaje sorprendente y mucho menos plano que Joey. Y por su parte, Marshall y Lilly, ya empiezan juntos desde el principio y constituyen un dúo mucho más compenetrado que la poco convencional aunque entrañable pareja que representan Monica y Chandler.

HIMYM cogió una base y la transformó. Partió de Friends y consiguió a convertirse en una serie muy distinta. Y sí, Friends será eterna, pero no cabe duda de que los actuales colegas de Nueva York van a dejar huella en la historia de la televisión. Al término de la octava temporada y con los contratos de la novena por firmar, HIMYM se acerca a su desenlace. Muchos quieren conocer ya a la esposa de Ted, aunque para otros se convirtió en una motivación secundaria eclipsada por unos capítulos y momentos legen… wait for it… daries. ●

TV SITCOM'S FUTURE

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