Pía Tedesco: La última cabaretera
Por Helena Psijalís
En unos tiempos en los que está de moda el cabaret fusión, modernizado y mezclado con otros espectáculos como el burlesque, lo circense u otras actuaciones, ¿Qué ha ocurrido con el cabaret original, provocador y bien orquestado, con un repertorio de canciones interpretadas como antes?
Pia Tedesco, con su gira y su disco Bourdeaux, Historias de cabaret, ofrece un espectáculo auténtico, seductor y lleno de vida; que sin embargo no deja de ser totalmente contemporáneo.
Falda de tutú, guantes y un sombrero de copa: Pía llega dispuesta a seducirnos y a refrescar esa memoria colectiva cabaretera que se encuentra en todos nosotros y está esperando ser despertada. Con estas preguntas nos desvelará algunas cosas sobre ella y su banda:
Cuentas que una visita al Museo del Cine de Berlín fue el impulso definitivo para que te dedicaras al mundo del cabaret, pero ¿qué magia se obró allí dentro par que naciera Pía, la Cabaretera?
Había estado trabajando durante un tiempo, como muchos actores en el paro, en bares como camarera. Mi cabeza estaba saturada de información innecesaria: cómo servir vinos, cafés… etc. Al mismo tiempo, cada noche libre, cada mañana, cada ratito en el que podía estar a solas, cogía un cuaderno y realizaba apuntes con ideas para montar un espectáculo. Tenía en claro qué cosas me gustaban, cómo quería que se viese lo que haría, sabía que quería hacer algo con la estética del cabaret… pero me faltaba tomar el aire y buscar la manera de que todo cuajase. Finalmente, me quedé sin el trabajo del bar, y decidí irme a Berlín un fin de semana. Allí, estuve prácticamente sola tres días, en pleno diciembre. Medio congelada recorrí las calles y entonces, en algún folleto, descubrí el Museo del Cine. Al entrar y encontrarme rodeada de espejos y de imágenes del expresionismo alemán, algo se generó en mi cabeza, y tuve claro cómo quería montar el cabaret que haría. Nunca olvidaré esos espejos ni las imágenes de Caligari…
Tu estilo es muy particular: media melena, chisteras, faldas con volumen, corsés y elementos que recuerdan al dark cabaret ¿cómo te guías para preparar tu enfoque estético y elegir tu maquillaje? ¿Eres tu propia estilista?
Sí, soy mi propia estilista. Para cada concierto voy incorporando cambios e innovaciones. Y ahora, estamos trabajando con una vestuarista, algo nuevo. Pero lo que marca el estilismo que llevo y es que sean elementos que me permitan contar lo que quiero contar y que mientras están conmigo en el escenario, sean algo más con lo que jugar. El maquillaje también cambia, según el día, según la ropa, según el escenario al que me suba. Siempre hay que tener en cuenta que todo suma, que todo está ahí para que le saquemos provecho y comuniquemos algo.
Además de actuar, organizas el Cabaret Flotante una vez al año; un evento al aire libre donde todo el mundo puede participar. ¿Cómo surgió la idea?
Estaba conversando con Raúl Márquez, el violinista, y hablábamos de las ganas de hacer cosas nuevas que teníamos. Entonces le conté que tenía pensado subirme a una de las barcas de Casa de Campo con mi ukelele y mi vestuario, para cantarle canciones a los que paseasen por allí remando. Él sonrió y me dijo: «Te acompaño». Eso me encantó, pero pensé que abandonaría. Sin embargo me llamó para desarrollar la idea y así decidimos que avisaríamos a todos nuestros amigos para que se viniesen a las barcas a tocar y cantar, vestidos de época. Esa fue la primera edición, ¡éramos como sesenta y nos pareció muchísimo! Lo que no sabíamos era que a la siguiente edición seríamos unas quinientas personas en el embarcadero. La gente que lleva ese sitio casi muere del susto: habitualmente hay 10 ó 15 personas en las barcas… Ese día, éramos cientos, vestidos de cabaret y haciendo música, cantando, aplaudiendo, lo que fuera… Ya hemos hecho la cuarta edición, sin ningún tipo de apoyo, prácticamente Raúl y yo solos, con colaboradores como Celia Bañón o Lucas Tadeo y Carmen Hache, que están allí para apoyar y organizar lo que nosotros no podamos.
Tienes una banda que te acompaña y también te hace los coros, pero siempre cantas sola, ¿alguna vez has pensado en hacer un dueto, a lo Marlene Dietrich y Margo Lion?
Hay gente a la que admiro, además de amigos y amigas súper talentosos, que han subido a los escenarios conmigo en mis shows o yo en sus conciertos. Con La Shica hicimos un momento muy gracioso cantando ‘Fumando Espero’ en uno de mis conciertos, luego yo fui a tocar el ukelele a uno de los suyos, también pasaron Virginia Rodrigo o C. Bañón por mi escenario. Pero sí es cierto que un dueto, bien ensayado y de igual a igual en la fuerza, nunca lo he hecho, y sí que me encantaría… Hay una mujer que me vuelve loca y con la que me encantaría hacer algo, que es Maia Vidal, pero ni siquiera la conozco personalmente, así que…
Realizas multitud de versiones (cabaret tradicional, chanson, etc) que has traducido del original en otros idiomas, ¡e incluso tocas el ukelele! Pero también canciones de producción propia… ¿Habrá más énfasis en esto último más adelante?
Sí. Poco a poco nuestra personalidad y nuestro discurso va cogiendo más y más fuerza en cada concierto, y lo que quiero decir y contar puedo hacerlo tanto con canciones que hayan escrito o compuesto otros como con canciones compuestas por mí misma. Además, he descubierto que puedo trabajar muy a gusto componiendo junto a Juan Sánchez (el pianista con el que toco), que es un maestro de la armonización y que hace que las ideas cobren más fuerza y brillo. Así que cada vez habrá más de nosotros, a la vez que nos encanta interpretar y reinterpretar el material creado por los grandes que nos precedieron.
Dentro de los tópicos del cabaret se menciona mucho el adjetivo “canalla”, del que has dicho que ya te resulta decadente y poco empático, ¿optas por un cabaret más elegante y una mayor química con el público?
El «canallismo» a mi gusto, es patético. «Canalla» es una palabra que no describe aquello que quiere describir. Como he dicho en otras ocasiones, de tanto venerar lo canalla, estamos gobernados y dirigidos por un grupo de canallas de mucho cuidado. Parece que estuviésemos viviendo dentro de la Ópera de los Cuatro Cuartos (Die Dreigroschenoper) de B.Brecht. La elegancia como tal es interesante si surge naturalmente. Si la buscas, es algo forzado. Me encuentro con el hecho curioso de que mucha gente destaca lo elegante que les parece lo que hacemos. Pero si lo miras bien, nos metemos con todo, decimos tacos, bajamos del escenario, paramos las canciones cuando nos da la gana… Si somos elegantes, no nos hemos dado cuenta. Lo que sí me parece importantísimo, es trabajar tanto con el público como lo hago con mis músicos. Estamos todos allí, todos somos parte, ¿por qué negar la existencia de toda esa gente que viene a nuestra fiesta? Somos anfitriones, y de los buenos.
Has actuado en Berlín, ¿cómo reacciona el público alemán cuando homenajeas a algo como el cabaret, que consideran tan enraizado en su cultura?
Actué en Berlín, pero, aunque íbamos a presentar nuestro espectáculo de canciones con Kurt Weill incluido, sucedió que a Luca Frasca (mi pianista de entonces), lo pilló aquella nube que venía de no sé qué volcán islandés y tuvo que quedarse en España. Yo ya estaba en Berlín, y como no quise suspender el concierto, conseguí un ukelele prestado e interpreté temas del swing de los años ’20, algunas canciones de películas y ese tipo de repertorio, más indicado para tocarlo con un uke. ¡Jajajaja! Fue una locura: pedazo de escenario, piano de cola, un auditorio enorme… Y yo sola, ahí, tocando el ukelele… eso me dio muchas fuerzas y confianza en mí… La gente aplaudió mucho. Les conté lo de la nube y el pianista y se descojonaron… Así que ya ves, no llegaron a escucharme haciendo Kurt Weill.
Esa época dorada está cuajada de grandes divas, tanto en el cine como en el cabaret y los espectáculos de variedades. ¿Alguna de ellas te inspira especialmente? ¿A quién admira Pía Tedesco y su banda?
Admiro a Tita Merello, Billie Holiday, Lotte Lenya, Yvette Guilbert, Edith Piaf. Y de las divas del cine de aquellos años, me encanta su imagen,y la mitología que hay en torno a ellas es fascinante, pero al mismo tiempo, entiendo que eran estereotipos y mujeres que sufrían y lo pasaban mal en general. Me gustaría crear o ir hacia una nueva imagen de mujer, vital, sonriente, con mucho sentido del humor. Poderosa y generosa. La gran Dietrich, o Garbo, eran preciosas, talentosísimas… pero no sonreían. Ese tipo de mujer, era más víctima, que fatal. Las mujeres del pasado con iniciativa, terminaban muy mal, o solas. Creo que estamos en un momento tan nuevo, tan virgen que podemos tomar cualquier cosa del pasado que nos sirva, y darle un nuevo significado, uno que nos sea útil ahora.
¿Hay algo más dentro de esos años que atrape tu atención? Si pudieras hacer un viaje a los años 20-30, ¿dónde irías? ¿Qué o a quién visitarías?
Me encantaría visitar a mis antepasados, a los que unos años después decidieron irse a las Américas. Me gustaría entender qué sucedió entre las personas anónimas en aquellos años, qué miedos y qué esperanzas tenían. Todo lo que nos llega ahora puede parecer glamuroso y divertido, porque la voz que subsiste y se impone, a lo largo de la historia es la voz de los ganadores. Pero, ¿qué sucedía realmente en las familias? Esas voces son las que deberían interesarnos a todos. No nos pillarían tan por sorpresa las medidas de los gobiernos actuales. Y podríamos decidir con perspectiva cómo actuar, qué hacer.
El cabaret es rebeldía, evasión ¿crees que recuperarlo podría ser una buena receta para animar a la gente en los tiempos que corren?
Eso debería decirlo quien viene a nuestros conciertos. Yo creo en lo que hago. Los textos que usamos y nuestra manera de tratar el material tiene mucho que ver con lo actual y con las emociones humanas, que son anacrónicas. El Cabaret tiene un idioma con mucho niveles de interpretación. Puedes decidir tomar lo inmediato de lo cómico, o ir más allá y profundizar en las historias que contamos y quedarte pensando o sintiendo lo que eso te sugiera.
Por último: seguro que tienes muchos proyectos entre manos, versiones, actuaciones… ¿Quieres adelantarnos algo para poder seguirte la pista próximamente?
Tenemos una agenda que empieza a perfilarse bien para el 2013. Hay muchas ganas de salir fuera de España, y hay algunas cosas que ya podrían empezar a materializarse con respecto a eso. Por ahora, te cuento que empezaremos a actuar en bellos teatros en los que podremos desarrollar las ideas que venimos planteando en este tiempo. Las próximas presentaciones llevarán también proyecciones, una iluminación muy cuidada y el nuevo vestuario en el que estamos trabajando.
Próximos conciertos confirmados:
17, 18, 19 de Enero: “Green Padock” Club de Golf. Torrelodones.
Viernes 1 Febrero: Teatro Federico García Lorca. Getafe.
Sábado 9 Febrero: Festival Jazz Vocal. Teatro Francisco Rabal. Pinto.
Sábado 23 de Febrero: Castillo de Íscar. “Conciertos de La Estufa”.
Viernes 1 de Marzo: Centro de Cultura Contemporánea “Las Cigarreras”. Alicante.
Sábado 2 de Marzo: San Pedro del Pinatar. Murcia.
Martes 16 de Abril: Teatro Muñoz Seca. Madrid.
Jueves 18 de Abril: Teatro Zoriila. Valladolid.