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Pasos perdidos en Granada

Pasos perdidos en Granada de Pablo Zapata Lerga.  Pearson-Alhambra, colección El árbol de la vida, 2012. 320 pp., 8.90 euros.

 

Por José R. Cortés Criado.

 

 

Este escritor navarro se manifiesta amante de la cultura de al-Andalus, se lamenta de que sea desconocida por muchos y que sabios como Averroes, Ibn-Tofail, Avicebrón, Maimónides sean unos desconocidos para los jóvenes lectores, por ello decidió escribir esta historia que comienza con la caída de Alhama en manos cristianas, en febrero de 1482.

 

Para escribir esta historia, Pablo Zapata viajó al sur de España, llegó hasta Melilla, de allí a Nador y a las playas de Cazaza de donde partió hacia Fez, pasando por la ciudad de Taza, siguiendo la ruta que emprendió el rey Boabdil cuando decidió abandonar la península ibérica.

 

Esta novela podría ser calificada de histórica, porque se narran hechos históricos; de viajes, porque hay un viaje de ida y vuelta entre Granada y Fez; de aprendizaje, porque el protagonista madura a lo largo de las páginas; de amor, porque está enamorado de una joven granadina, aunque después se case con otra mujer en Fez y sobre todo de su ciudad natal, Granada; de aventuras, porque más de una lleva a cabo este joven; en fin, es una novela que refleja los avatares de la vida de un joven morisco fuera de su tierra.

 

A lo largo de las páginas seguiremos las vicisitudes del joven Alhamar que parte con sus padres y dos hermanas hacia el norte de África desde la costa granadina, Almuñecar; su primer objetivo son las costas de Alhucemas en el norte de Marruecos, para después continuar el viaje hasta la ciudad de Fez donde tienen familia, pero una tempestad hizo naufragar al barco que los transportaba y el chico acabó en otra ciudad norteafricana, Nador, fue acogido por un anciano que lo animó a dibujar sobre jarrones de cerámica, dada su facilidad para el trazo de lápices y pinceles.

 

Pasado un tiempo y repuesto de la pérdida de su familia decidió emprender su viaje hasta Fez, donde se dedica a estudiar, copiar libros, ilustrarlos, hacer negocios con el aceite de argán… y se hace una nueva vida.

 

Cuando el rey Boabdil llegó a Fez, una vez conquistado el reino de Granada por los Reyes Católicos, Alhamar era una persona importante, había ejercido distintos oficios, tenía amigos y una familia propia. El rey destronado le encargó viajar a Granada para que le trajese un tesoro que dejó oculto enla Alhambra.

 

Nuestro protagonista llevó a cabo su hazaña, volvió a las calles de su infancia, comprobó los cambios llevados a cabo en su ciudad y supo que su destino estaba en Fez porque ya no se sentía parte de aquella sociedad.

 

A lo largo de las páginas encontraremos topónimos conocidos, caminaremos por el Albaicín granadino, por las callejuelas dela Medinade Fez, saborearemos platos andalusíes, conoceremos vocablos árabes y nos sentiremos parte de esta historia cercana, narrada de forma ágil, donde se mezclan diálogos y breves descripciones que atrapan al lector desde la primera página. Se lee con avidez y alegría.   

 

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