Encuentros: de Santos Juliá a Muñoz Molina, de “Camarada Javier Pradera” a “El atrevimiento de mirar”
Por Benito Garrido.
Actualidad editorial: Galaxia-Gutenberg acaba de presentar dos libros de temática muy diferente, pero ambas igualmente interesantes. Se trata de Camarada Javier Pradera del historiador gallego Santos Juliá, y El atrevimiento de mirar del escritor jiennense Antonio Muñoz Molina. En sus respectivas presentaciones cada autor habló del trabajo que ahora lanzan, así como del proceso creativo que supuso.
Camarada Javier Pradera. Santos Juliá. Editorial Galaxia-Gutenberg, 2012. 464 páginas.
Estos días se cumple un año del fallecimiento del editor y periodista vasco Javier Pradera, el gran intelectual de la transición. Adecuado momento para este libro, Camarada Javier Pradera, que reúne no solo la correspondencia que éste mantuvo en 1960 con Federico Sánchez (heterónimo de Jorge Semprún), su mejor amigo en la clandestinidad política, sino también documentos de archivo, fragmentos de sus memorias inéditas, entrevistas, cartas y una docena de escritos de Javier Pradera relativos a los años de su militancia en el Partido Comunista. Santos Juliá toma precisamente como eje central del libro, esos diez años de militancia (del 55 al 65) de Pradera para analizar no sólo su educación política, basada siempre en la defensa de los valores de la democracia, sino el contexto histórico de estos años, la evolución política y social de un país y de toda una generación: la de los nacidos inmediatamente antes o durante la guerra civil española, hijos tanto de vencedores como de vencidos, que lucharon juntos contra el régimen de Franco.
“Javier fue un magnífico editor y un mejor lector. Lo sabía todo, tenía opiniones fundadas de todo, pero no dejó una obra escrita concreta. Siempre dominaba en él más su faceta de observador y gran comunicador”, comenta Juliá. “Lo que he hecho ha sido ordenar y levantar una composición de todo ese material (textos inéditos, documentos no conocidos de su paso por el partido, artículos publicados, etc) que representa una viva imagen de aquellos momentos claves del PCE. El personaje vuelve a tomar vida, así como sus ideas y sus planteamientos sobre el capitalismo”. Con este argumento de base, se pretende responder a preguntas claves: ¿cómo es posible que una generación de hijos de vencedores, hayan optado por un partido del bando contrario?¿cómo entregaron su vida a un proyecto que luchaba por un mundo mejor, hasta que sus principios estalinistas empezaron a cuestionarse?. No se podía rebatir lo que el comité central decidía. Pero Pradera fue de los primeros en cuestionar los principios del partido. Y si inicialmente pareció quedarse solo, más adelante serían Fernando Claudín y Jorge Semprún, quienes terminaron siendo expulsados del partido.
Muchos amigos insistieron a Pradera para que escribiese unas memorias, pero no llegó a hacerlo. Su gran obra fue la creación de Alianza Editorial y desde allí su presencia en los años de la Transición y del nacimiento del diario El País. El editor de Galaxia, Joan Tarrida, manifestó que el volumen presentado se enclava como inicio de una trilogía. El siguiente capítulo tratará el papel de Javier Pradera en la Transición, y será narrado por el historiador Charles T. Powell; y concluirá con una tercera parte que escribirá Fernando Vallespin.
El atrevimiento de mirar. Antonio Muñoz Molina. Editorial Galaxia-Gutenberg, 2012. 216 páginas.
Muñoz Molina presenta su libro El atrevimiento de mirar como una continuidad en la tradición del paseante que es fundamentalmente la experiencia personal de una persona interesada en el arte, que pasea y mira, para luego juzgar o registrar su reacción ante la obra artística. “Diderot fue uno de los primeros que observa un cuadro y lo juzga de acuerdo con el gusto propio; el pensador saca ese adjetivo del paladar para aplicarlo a las artes visuales. Grandes continuadores de esta tradición fueron Proust, Sthendal o Baudelaire”, comenta el escritor.
Este es un libro que nos enseña a ver el arte con más matices y profundidad. “Hay un momento en que los ojos se abren de pronto al arte, igual que los oídos a la música o a un idioma que hasta entonces se ha estudiado con la sensación de no avanzar, o de hacerlo muy despacio”. Esta es la voluntad de mirar con entusiasmo y contar lo que se ve, “esa cosa civilizada de enfrentarse al cuadro con cortesía, dedicándole tiempo, preguntándole pausadamente qué es lo que nos está mostrando”. Porque si al artista le interesan los procesos, al crítico le interesan los resultados. “El atrevimiento entonces ayuda a que una persona se ponga delante del cuadro y asista al proceso de absorción que implica saber ver un cuadro”.
Relato del proceso de un aprendizaje (percepción y observación) en el que el autor mira con los ojos bien abiertos las obras de arte y busca sus vínculos con el mundo real. “Los ensayos de este libro se fueron escribiendo de manera intermitente a lo largo de casi veinte años, y aunque parece que en literatura está mal visto, todos ellos fueron por encargo. Aquí no están todos los cuadros/pintores que me fascinan, pero sí algunos de los que más me impactaron”. En estos ensayos confluyen la literatura, la pintura y, también, ese “atrevimiento de mirar” que da título al libro y que se refiere a la valentía con la que Goya se enfrentaba a su oficio. “Probablemente Goya fue el primer pintor, quizá después de Caravaggio, que se atreve a mirar la realidad, las cosas como son, y el primero que mira el mundo en su propio espanto”, afirmó Muñoz Molina. Cuadros de Georges La Tour, Hopper, Schad, Goya, Picasso o Macaya son en este libro objetivo visual y literario del escritor andaluz, que involucrará al lector para ayudarlo a entrar dentro de la imagen.