Juan Gelman: “Esta civilización se va al demonio”
El poeta argentino recibe en León el duodécimo Premio Leteo de literatura, que concede el Club Leteo de jóvenes escritores.
“Esta civilización se va al demonio”. Así de rotundo se mostró el poeta Juan Gelman, que defendió en León el valor de la poesía en un mundo en el que el poder intenta arrebatar a los ciudadanos la vida espiritual y pretende darles uniformidad.
Gelman (Buenos Aires, 1930), que recibe en León el duodécimo Premio Leteo de literatura, que concede el Club Leteo de jóvenes escritores, apuntó en una rueda de prensa que es necesario hacer la distinción entre civilización y cultura, en la que “siempre” gana la segunda, señala Efe.
“La poesía solo se va a acabar cuando se acabe el mundo, pero eso ya no lo vamos a ver”, afirmó el Premio Cervantes 2007, quien compareció ante los periodistas junto a su amigo y predecesor en el palmarés del máximo galardón de las letras hispanas, Antonio Gamoneda.
Ambos hablaron de la naturaleza y la sustancia de la poesía, que para Gelman “procura nombrar lo que no se ve”; “un no saber sabiendo”, apostilló Gamoneda citando a san Juan de Cruz.
Ante los que proclaman que el poema no se termina, sino que se abandona, Gelman manifestó que el poeta “acaba siendo abandonado por la poesía y ya no puede seguir”. Quizás uno pueda escribir diez o doce poemas buenos a lo largo de su vida, dijo, parafraseando a Jorge Luis Borges.
“El único tema de la poesía es la poesía”, señaló Gelman, que ha coincidido en esa idea con el coordinador del Club Leteo de jóvenes escritores, Rafael Saravia, quien sostuvo que “la poesía no tiene por qué fundamentarse política y vitalmente”, pero no así los poetas.
Saravia recordó que el jurado reconoció a Gelman por la “rotundidad de conciencia” de su obra e incidió en que el trabajo del escritor argentino, exiliado en México, no es una poesía social en el sentido político, sino que es una poesía que trasciende.
A su juicio, el autor sobrepasa el plano de la crítica política y se revela como un poeta del amor, del dolor y del existencialismo.
En relación con su faceta periodística y tras recalcar que “uno hace periodismo para comer y poesía para vivir”, Gelman lamentó la dificultad de encontrar periodismo independiente y la sumisión de la prensa a los intereses a los que obedece, algo que “siempre ha ocurrido”, dijo, pero que “ahora es un descaro”.
A la hora de opinar sobre la situación económica mundial, aclaró que él no es un “todólogo”, si bien ha opinado que esta crisis no trae “nada bueno”.