“Me deseó felices sueños”. Encuentro con Massimo Gramellini.
Por Benito Garrido.
Massimo Gramellini presenta su última novela Me deseó felices sueños (Editorial Destino, 2012), un fenómeno editorial en Italia, con más de seiscientos mil lectores y quince ediciones repartidas por todo el mundo.
Me deseó felices sueños es una lección de vida, coraje y fuerza. Protagonizada por Massimo, un niño de ocho años, que comparte con su padre literario mucho más que un nombre propio. Un pasado que ahora, juntos, y a través de las páginas de esta novela, intentarán comprender. Massimo Gramellini (Turín, 1960) es subdirector del diario La Stampa, donde trabaja desde 1988, primero en la sección de deportes y luego en la de política. Se trata del mismo diario en una de cuyas páginas, recortada cuarenta años atrás descubrió la verdad sobre la muerte de su madre.
El escritor italiano quedó huérfano de madre cuando era solo un niño. Aquel fin de año de 1969 le contaron que su madre había fallecido de un ataque al corazón. El protagonista no conocería la auténtica historia sobre la trágica muerte de su madre hasta cuarenta años después. “He estado cuarenta años preparándome para contar esta verdad. La verdad es necesaria, pero en función de la persona receptora, hay que saber buscar el momento más adecuado para hacérsela ver”. Para un niño de ocho años es complicado decirle ciertas cosas, así que su padre decidió disfrazarla. “La verdad supone sufrimiento y eso es algo que nos da miedo, aunque también nos permite crecer; para llegar a ser adultos hay que tener el valor de aceptarla”.
“La verdad es indispensable tanto en lo privado como en lo público”. En su caso, la verdad silenciada tenía la justificación de un padre que por miedo ocultó la realidad pasada hasta incluso en su lecho de muerte. “Me contó un cuento por amor, para que tuviese un gran recuerdo de mi madre; era un hombre de otra generación, de los que valoran más que las personas sean buenas y honestas antes que cariñosas”. En este libro el autor no busca el desahogo del adulto sino el hilo conductor que le permita recuperar a ese niño que con los años se ha dado cuenta que la felicidad está en amar no en ser amado.
“Para mí es importante haber escrito mi historia sobre todo por el hecho de haber superado el pudor que me suponía hacerlo”. Gramellini considera que el camino de la narración, de la novela, es preferible a un artículo o reportaje periodístico para llegar a contar este tipo de confesiones. “Los lectores quieren leer historias en primera persona, en lugar de datos objetivos o estadísticas frías, eso es lo que les permite identificarse con el protagonista y hacer suya la historia”.
Esta es la historia de un secreto guardado celosamente durante más de cuarenta años. Está dedicada a todos aquellos que han perdido algo esencial en sus vidas –un amor, un trabajo, un tesoro– y que, sin querer asumir la verdad y tratando de esquivarla, se han perdido también a sí mismos. Como le ocurrió al protagonista de esta novela, un niño que anda de puntillas por la vida, con la cabeza baja, porque tanto la tierra como el cielo le asustan, y que debe aprender a afrontar un gran dolor y a vencer el miedo a vivir. Me deseó felices sueños relata con verdadera pasión y deliciosa ironía la lucha constante de su protagonista contra la soledad y contra la impostura, en el convencimiento de que al final se halla la conquista del amor y de una vida plena, la posibilidad de vivir con los pies afirmados a la tierra y los ojos valientemente dirigidos al cielo.
Me deseó felices sueños. Massimo Gramellini. Editorial Destino, 2012. 208 páginas. 16,50 €