«Joseph Anton» nos habla de Salman Rushdie
Actualidad editorial: el escritor británico de origen indio Salman Rushdie, estuvo hace unos días por Madrid acompañando el lanzamiento en nuestro país de su libro de memorias titulado Joseph Anton (Editorial Mondadori, 2012).
“Uno de los peores aspectos de lo ocurrido fue que lo incomprensible se volvió comprensible, lo inimaginable se volvió imaginable”.
Salman Rushdie ya es un hombre libre. Ha necesitado diez años para abandonar su cautiverio, pero al fin puede salir a la calle sin miedo a que alguien le pegue un tiro en la nuca. Por eso ha decidido escribir Joseph Anton, unas memorias en las que narra los años de aislamiento, sufrimiento e indignación que vivió como consecuencia de la fetua dictada por el ayatolá Jomeini el 14 de febrero de 1989. Aquel día fue objeto de una sentencia de muerte por haber hecho algo tan simple como escribir un libro: Los versos satánicos. Se vio obligado a vivir en la clandestinidad, cambiando constantemente de casa, compartiendo su vida con agentes de policía, siendo asediado por la prensa sensacionalista, viéndose traicionado por algunas personas a quienes consideraba amigas, luchando contra los editores que no se atrevían a publicar sus libros posteriores y así un largo etcétera de infortunios que convirtieron el mundo de Salman Rushdie en una cárcel de enormes proporciones. El autor tuvo que adoptar una nueva identidad, eligiendo como seudónimo Joseph Anton tras fusionar los nombres de pila de Joseph Conrad y Antón Chéjov. “No me he inventado nada, está escrito todo lo que ocurrió, cómo lo viví y me afectó humanamente.”
El dictado de Jomeini fue: «Comunico al orgulloso pueblo musulmán del mundo que el autor del libro Los versos satánicos –libro contra el islam, el Profeta y el Corán– y todos los que hayan participado en su publicación conociendo su contenido están condenados a muerte. Pido a todos los musulmanes que los ejecuten allí donde los encuentren».
Escritas en tercera persona, estas memorias mezclan drama y sarcasmo: un hombre que perdió su libertad y el modo en que su desdicha fue manipulada por determinados sectores de la prensa, de la política y del arte que solo buscaban sacar rédito de la desgracia ajena. Reflexiona sobre las personas que también sufrieron las consecuencias de la fetua: sus esposas, su hijo mayor, sus editores, sus compañeros de profesión, etc; o sobre el modo en que su propia salud se vio afectada por aquellos años de cautiverio. Estas memorias son también una vindicación de todos aquellos artistas sobre quienes cayó, en algún momento de la historia de la humanidad, la losa del fanatismo o la intransigencia.
A los diez años del inicio de la pesadilla, la CNN anunció el fin de la fetua. El presidente iraní Jatami invalidó la recompensa por su muerte y, aunque los radicales dijeron que ellos continuarían con su lucha contra el escritor infiel, el ambiente se relajó. Además, los servicios secretos rebajaron el nivel de alerta y Rushdie consideró que había llegado el momento de volver: “El señor Joseph Anton, editor internacional de origen estadounidense, falleció sin que nadie lo llorara el día que Salman Rushdie, novelista de origen indio, surgió de sus largos años de clandestinidad y se estableció parcialmente en Pembridge Mews, Notting Hill. El señor Rushdie celebró ese momento, aunque nadie más lo celebrara”.
Salman Rushdie nació en Bombay en 1947. Es autor de dieciséis libros, entre los que destacan Hijos de la medianoche (premio Booker, 1981), El último suspiro del moro (premios Whitbread, 1995 y Aristeion de Literatura de la UE, 1996), Vergüenza (Premio al Mejor Libro Extranjero en Francia, 2006), Los versos satánicos (premio Withbread, 2004), Furia (2003), Shalimar el payaso (2005) o La encantadora de Florencia (2009).
Joseph Antón. Memorias. Salman Rushdie. Editorial Mondadori, 2012. 688 páginas.