Como para llevarle la contraria
Como para llevarle la contraria. Nuria Sierra. Cuentos para el andén.
Mi Leticia tiene alergia a las negativas. Cuando alguien le dice que no, pueden suceder tres cosas: que se le pongan las uñas verdes, que se le caiga el pelo a mechones o que vomite una espuma nácar como baba de serpiente. A veces, ocurren todas a la vez y así desde que era recién nacida.
Su madre se marchó sin despedirse. Yo seguí cuidando de ella a través del tiempo y de los brotes alérgicos de la adolescencia. Recuerdo cuando me dijo papá, quiero un pelirrojo por mi cumpleaños.
– un pelirrojo qué es, cariño?
– un chico pelirrojo como Fernando, el que me invitó al cine y luego no apareció.
No fue fácil contentarla. Pero todo por ver sana a mi niña, pensé, mientras le clavaba el cuchillo a Fernando por la espalda.
Ahora mi Leticia ya es mayor de edad y ella sola colecciona pelirrojos. Tiene sus propios métodos, poco higiénicos para mi gusto, pero quién soy yo para llevarle la contraria.