Melissa P. nos habla de sexo, relaciones, amor y de su nuevo libro “Tres”
Por Benito Garrido.
Melissa P. acaba de sacar novela nueva, se titula Tres (Editorial Suma de Letras, 2012), y ante su visita a nuestro país, no hemos querido dejar escapar la oportunidad de charlar con ella sobre este su último trabajo.
Melissa Panarello creció en Sicilia y alcanzó la fama como autora muy joven, con la novela erótica Los cien golpes. El libro trata sobre su vida sexual extrema durante la adolescencia, y se basa en un diario personal. Melissa escandalizó a buena parte de la tradicional sociedad siciliana, una de las más conservadoras de Italia, al escribir libremente sobre temas como el orgasmo, la penetración y el esperma, de manera directa y sin ambages. Actualmente vive en Roma, donde escribió su siguientes novelas: El aroma de tu aliento (2005) y En nombre del amor, (2006). En éste último libro defendía la laicidad de su país, y sin miramientos, acusaba a la Iglesia católica de interferir en la escena política italiana.
Tres. Melissa P. Editorial Suma de Letras, 2012. 272 páginas. 14,95 €
Con voz clara y llamando a las cosas por su nombre, Tres nos desafía a abandonar cualquier certeza sobre la vida, el sexo y el amor, y a seguir a Larissa, capaz de perderlo todo con tal de vivir más allá de sus miedos.
Los personajes principales: Gunther, un apasionado y vital criador de loros; George, un dulce y melancólico fotógrafo en perenne viaje, interior y exterior; y Larissa, la más joven y famosa poetisa de la ciudad, con una madre obsesiva y un matrimonio fallido, en busca de la armonía entre el deseo y la protección. Juntos descubren un amor compartido que cambiará sus vidas. Tres vidas que se persiguen, se reconocen y se atan para desafiar sus propias angustias, hasta que un acontecimiento, inesperado aunque previsible, hace inevitable el momento de la elección.
En las novelas de Melissa P. siempre es el cuerpo el que sabe, el que decide, el que dice la verdad. La joven autora vuelve a sorprender con su frescura, claridad de ideas y compromiso a la hora de tratar uno de los grandes temas de la historia de la literatura: la capacidad de amar y sus límites.
Entrevista:
Con este libro quería hablar sobre las relaciones, sobre lo difícil que es llevar la relación con una persona. Y me planteé que quizás fuese menos difícil si la relación es con más personas. Vivimos en la época de la comunicación global, y pensé que las relaciones podrían también estar englobadas dentro de este sistema nuevo, de esa forma de relacionarse en colectividad. Sería cuestión de multiplicar el amor, no de dividirlo.
P.- A la vista de tu carrera literaria, ¿es Melissa P. sinónimo de provocación?
No me siento para nada una provocadora. Cuando escribo sobre un tema concreto no lo hago para provocar, sino porque el tema me puede interesar y creo pueda ser importante socialmente hablar de él. Mi primer libro fue muy rompedor, pero yo no esperaba que fuese a resultar así.
P.- Siguiendo la estela de tu libro, ¿cuál crees que es la mejor forma de vivir el amor y el sexo? ¿A tres bandas quizás, o ésta es solo otra visión más?
Yo creo que las relaciones son como un gran círculo donde encontramos otros tres más pequeños: uno es el amor sentimental, otro el intelectual y por último el sexual. En cada relación para que sea plena, tienes que completar los tres círculos. Pero también puede ocurrir que uno de esos círculos ocupe más espacio, quitándoselo a los otros, o incluso no se desarrolle: para mí no existe una relación sin alguno de esos tres amores, tienen que ir los tres engarzados.
P.- ¿Podríamos decir que Tres está bastante cercana a la literatura erótica?
Erótica en el sentido de biológica, sí, que es vida, pulsión, naturaleza e instinto. El erotismo no es sexo en sí mismo, podrías hablar de sexo sin tocar el erotismo, pero cuando hay vida e instinto, entonces sí hay erotismo. Para mí, siguiendo esas líneas el libro más erótico es la Divina Comedia.
P.- ¿Qué papel juega la imaginación en el juego sexual? De tus personajes, ¿cuál piensas que es el más imaginativo?
Yo creo que Larissa tiene como mujer una idea de futuro que los hombres no tienen. Sabe mirar al futuro y eso la hace mucho más imaginativa. Los hombres siempre viven en el presente y quizás en el pasado, pero no miran más hacia delante.
La mujer es más imaginativa en el juego sexual, algo que considero verdaderamente importante. Los hombres son impulsivos y usan más de la imaginación al principio de la relación porque tienen que descubrir nuevos caminos, como si se tratase de guerreros; después de haber descubierto el territorio, prefiere explorar otras vías.
P.- ¿Qué busca una mujer en una relación por el hecho de ser mujer?
Muchas mujeres creen que para que su vida sea plena tienen que casarse y tener hijos, pero no todas tienen los mismos sueños. Una mujer puede estar satisfecha en soledad y llevar una vida sexual satisfactoria, hacer sexo con cualquiera. Sin embargo, la cuestión es que una mujer con la sexualidad plena aleja a los hombres, pues éstos consideran que no aportan valor añadido a esa vida.
P.- ¿Crees que en relación al sexo todavía vivimos en una sociedad de mentalidad arcaica?
Sí muchísimo, incluso los jóvenes tienen todavía esa mentalidad antigua. Sobre todo por miedo: los adultos tienen miedo y lo enseñan y transmiten a los jóvenes para controlarlos mejor, para tenerlos dentro de los límites de la sociedad. Nuestro cuerpo es anárquico por su constitución, pero los sentimientos no, entonces tienes que llegar a encontrar el equilibrio entre ambos. No tenemos que dejarnos llevar por los prejuicios de la gente, debemos ser libres para vivir nuestra propia sexualidad y hacer lo que queramos, de acuerdo eso sí, con la otra persona con la que se inicia la relación.
P.- ¿Se llega realmente a convertir el matrimonio (como compromiso) en ese lastre que nos puede llevar a perder la pasión?
Desde hace cien años el matrimonio se inicia por amor, antes era por interés, luego tú tenías tus amantes y ya está. Pero ahora el matrimonio por amor no funciona, pues antes o después se acaba, y solo se mantiene por inercia y convencionalismos sociales.
P.- ¿Crees que tu carrera literaria viene todavía marcada por el éxito y el escándalo de tu primera novela Los cien golpes?
Sí, es algo que no se puede evitar. Seguiré escribiendo veinte años más y la gente me seguirá recordando por este libro. La imagen de Lolita no se borrará. Pero considero que en situaciones así es algo normal. Por mi parte, como ya tuve el éxito con ese libro, me encuentro más libre a la hora de escribir, ya no siento la presión de tener que hacerme conocer.
Admito que soy muy polémica, me gusta buscar el conflicto, pues considero que desde ahí nace la vitalidad. Pero realmente, no me preocupa si la gente se escandaliza o no por este, o por mi siguiente libro.
P.- El lector puede asociar a la protagonista con la autora (por inercia). ¿Hasta que punto eres lo que escribes?
Siempre soy lo que escribo. La imaginación es vida y yo pongo algo de mí en todos los personajes que creo. Todos ellos llevan algo autobiográfico, aunque no tiene por que ser una experiencia en sí misma, pueden ser simples proyecciones de mis sueños, de mi inconsciente.
P.- ¿Qué opinas de esa narrativa que está ahora tan de moda como es el porno para mamás?
Es una lectura muy cómoda para los lectores, pues encuentran una historia transgresora pero que no te pone en conflicto. Es como una fábula, el cuento de una mujer fea que encuentra su príncipe azul, algo que no te llega a escandalizar, no te hace preguntas. La gente quiere estar protegida y no exponerse a los peligros reales. Estos libros tienen éxito porque dan esperanza al lector de una posible vida mejor.
P.- Lenguaje agresivo y atractivo a un tiempo, ¿es así como debe ser la sexualidad?
Sí, es algo instintual. En la sexualidad somos realmente nosotros, auténticos. La sexualidad es autenticidad, no se puede esconder nada cuando la estás compartiendo con alguien. Esta es la razón que lleva muchas veces a no tener una relación más profunda: estás desnudo en todos los sentidos.
P.- También está la promiscuidad… ¿cómo algo mal entendido?
Hoy se vive una sexualidad muy promiscua en la que no habitan los sentimientos. Yo puedo llegar a querer a un hombre con el que he tenido sexo solo una noche, pero en el fondo, ese es un sexo frío, sin generosidad. Vivimos un mundo con tantas posibilidades que nadie es especial, de ahí que se inicien relaciones que se acaban olvidando a las semanas. En mi novela, Gunther prefiere jugar, Larissa sentir, y George se busca a sí mismo (incluso antes de buscar a otra gente).
Lamentablemente libertad sexual y promiscuidad se confunden. Pero no es lo mismo. La libertad puede ser también el decidir no tener sexo en tu vida.
P.- ¿Dónde se pueden conocer a personas como tus protagonistas?
Todos somos así, aunque nos limitamos. Todos tenemos la posibilidad de ser libres y sin prejuicios. No hace falta irse muy lejos para encontrar gente así.