La denuncia de Costa-Gavras toma San Sebastián
Por Nacho Solís Navarro
Después del día de huelga del miércoles, que bañó el festival con un toque descafeinado, con pocas películas y sesiones, volvemos a la carga. Si el martes nos tocó el día con la II Guerra Mundial de fondo, el jueves es el turno del cine comprometido con Le Capital de Costa-Gavras y The Attack de Ziad Doueiri.
The Capital presenta a Marc, la mano derecha del presidente del banco francés Phenix, quien tras descubrir que tiene cáncer le nombra presidente. A partir de ahí, todo gira en torno a una complicada red financiera ayudada por la malsana ambición y avaricia del protagonista.
La película de Costa-Gavras llega en el momento oportuno y teje una ambiciosa historia donde se analiza la crisis desde un punto de vista diferente a quienes la sufren, aquí se retrata a los banqueros que han manejado a su antojo el capital y que con el único fin de enriquecerse a costa de los ciudadanos juegan a la economía sin importar las consecuencias que esto conlleva.
Una historia de denuncia, con un toque ácido y mordaz, que no deja títere con cabeza y en la que se retrata a muchas personas a las que podríamos poner perfectamente cara en la realidad.
Todo lo que nos cuenta su excelente guión son cosas y hechos que sabemos que suceden en la realidad, pero de lo que nos quiere avisar el director es de todo aquello que no sabemos, de las personas que están en la sombra y no salen en los periódicos.
Durante toda la película seguimos los pasos del protagonista, viendo la evolución que recorre, cada vez más ambicioso, déspota y falto de corazón. Aunque ese cambio quizás no se produzca en el personaje, sino que ya era un depredador esperando su momento para atacar.
La peso de la película recae sobre su actor principal, que borda una actuación de primera, consiguiendo incluso que nos identifiquemos con este villano de la economía, aun sabiendo la repercusión que tiene en la sociedad todo lo que hace. Irónico, patético, duro y a la vez cómico, Gad Elmaleh ofrece una interpretación soberbia que perfectamente le podría hacer valedor del galardón a mejor actor en esta edición del festival.
Dura, ácida, cruel y realista; así es esta historia que su visionado debería ser obligado y eleva la calidad del festival, todo un acierto. Costa-Gavras vuelve por todo lo alto, y merece ser reconocido en el palmarés.
Después del entusiasmo de Le Capital fuimos a ver The Attack de Ziad Doueiri, que nos habla sobre el conflicto palestino-israelí. El recibimiento ha sido dispar.
La película nos sitúa en Tel Aviv, donde un cirujano de prestigio recibe la noticia de que su mujer podría ser la responsable de un ataque suicida donde han muerto muchas personas, entre ellas niños pequeños. Decidido a no creer en lo que la policía le cuenta, decidirá cruzar el territorio en busca de la verdad, incluso adentrándose en una célula, haciendo todo lo que esté en sus manos solo por descubrir si la persona que más amaba ha sido capaz de cometer dicha atrocidad.
El comienzo es potente, piensas que estás ante una de esas películas que marcarán el año, incluso en tu mente empiezan a caerle premios. La historia es singular, comienza con fuerza, visualmente vibrante. Explora territorios inusuales, que te hacen pensar y te crean un debate interno muy interesante.
Per, en el tercio final la película da un giro, y su retrato objetivo en el que intenta entender ambas partes del conflicto deriva en una moral ambivalente tras la que se le ven sus intenciones. Su escondida justificación de los atentados hace que la supuesta objetividad y mirada crítica se diluya ofreciendo un discurso final que puede resultar incómodo.