La verdad retrospectiva
Por Beatriz Cobo Montejo
“¿Cómo estás? Bien, sí, muy bien…”. Primera traición. ¿O es sólo una mentira piadosa, una imprecisión, una adecuación de la realidad…? En la cultura y sociedad en que vivimos, se entiende la infidelidad como una traición sexual que conlleva consecuencias desgraciadas si es descubierta por el afectado. Pero el conflicto no lo origina el hecho, sino el engaño, la deslealtad, el quiebro de la confianza, la falta de respeto a alguien a quien supuestamente se quiere. De ahí a fingir, tapar, temer, aparentar…, convencerse de que es imposible decir la verdad, ser auténticos. Y la peor de todas las traiciones posibles: la traición a uno mismo, a los propios ideales. Nada hay tan indeciblemente triste como la muerte del amor.
Traición, del londinense Harold Pinter –Premio Nobel de Literatura 2005–, da oportunidad de profundizar sobre estos valores y, como un Pinter puesto en pie, es siempre un estímulo, allá que fuimos al Teatro Galileo, donde se retoma este montaje dirigido por María Fernández Ache después de pasar hace un año por la sala pequeña del Español con bastante éxito.
El otro aliciente, tres reconocidos actores –Alberto San Juan, Cecilia Solaguren, y Will Keen– y la valentía de una apuesta con una producción mínima, que se hace por pura pasión y deleite. Inmenso es el viaje emocional que supone para ellos, como todas las funciones en las que el tiempo se convierte en un personaje más de la historia. Según avanzan las escenas –hacia atrás–, la trama nos va enganchando, mientras los protagonistas se desarman y revelan sus imposturas. Sin embargo, no pude esquivar la sensación de que entre los tres actores –brillantes por separado–, no surgía la magia, la química, el empaste necesarios.
Toda la representación está teñida de frialdad y automatismos. Pero la pretendida limpieza deriva en una especie de asepsia que no favorece a la historia, porque tanto frío aleja, dificulta la empatía, y deja a los actores aún más expuestos. El trabajo de relaciones entre los personajes no acaba de traspasar, la dicción fragmentada con pausas al final de frase provoca una cierta falta de fluidez, los actores apenas se tocan, en un afán de contención física alineada con la economía del lenguaje –marca de la casa Pinter.
Alberto San Juan es un actor con tendencia a embarcarse en grandes desafíos teatrales –Hamlet, Tito Andrónico…–, pero que, personalmente, me convence más cuando lo veo en cine. Su personaje, el más sanguíneo del trío, parece incapacitado para la honestidad, si bien se considera merecedor de toda indulgencia, y exige con descaro esa honestidad a los demás.
La versión traslada la acción a Madrid entre 1984 y 1993. Para un actor inglés como Will Keen, debe de haber sido extraño interpretar en español un texto de Pinter y, además, “a la madrileña”. Curiosas resultan las referencias a barrios y calles de la capital, la mención de apellidos castizos… La contemporaneidad de la lectura queda clara, tanto desde la dramaturgia, como desde la puesta en escena.
Resuelve la escenografía Ikerne Giménez, con el público dispuesto a dos bandas y una idea basada en símbolos sencillos pero eficaces: puntos negros –los actores vestidos de oscuro– sobre impoluto blanco; espacio lleno que se vacía a medida que asistimos a la descomposición vital de los tres personajes-vértices de este triángulo de desencuentros; un metrónomo activado en las transiciones escénicas, que mecaniza el paso del tiempo… Los actores son también utileros que colocan y guardan el atrezzo en ocho cajas de mudanza que se corresponden con las ocho escenas.
Tal vez en la sala pequeña del Español, con menos espacio y el público más cerca, la propuesta funcionó mejor. Y también hay que señalar que hubo que lamentar una zona de público incómodo y ruidoso, con móviles sin apagar incluidos, que de seguro desconcentraron a los intérpretes. Pero mucho más encanto y “verdad” tenía aquella otra versión de la obra dirigida hace unos años por Juan Pastor en la Guindalera.
Traición
Autor: Harold Pinter
Traducción, versión y dirección: María Fernández Ache
Reparto: Alberto San Juan, Cecilia Solaguren, Will Keen
Lugar: Teatro Galileo
Fechas: Hasta el 21 de Octubre
Horario: De miércoles a viernes, a las 20:30h; sábado, a las 19:00h y a las 21:30h; domingos, a las 19:00h