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Entrevista a Víctor F. Freixanes por «Caballo de Oros»

 

Por Benito Garrido.

 

A propósito de su última novela titulada Caballo de Oros (Editorial Siruela, 2012), hemos entrevistado al escritor gallego Víctor F. Freixanes.

 

Víctor F. Freixanes (Pontevedra, 1951) es editor, periodista, profesor universitario y uno de los novelistas más reconocidos de la literatura actual en lengua gallega. Su primera novela, O triángulo inscrito na circunferencia (Premio Blanco Amor y Premio de la Crítica 1982), supuso en su momento un hito importante en la narrativa gallega e inauguró un macrotexto en torno a Vilanova de Alba, ciudad imaginaria en las rías atlánticas, a mitad de camino entre la recreación histórica y la fantasía, cuya continuación puede seguirse en A cidade dos Césares (Premio Torrente Ballester 1993) y ahora en Caballo de Oros (Premio de la Federación de Libreros de Galicia y Premio de la Asociación de Críticos de España 2011).

 

Caballo de Oros. Víctor F. Freixanes. Editorial Siruela, 2012. 296 páginas.  19,95 €

 

Después del éxito de su edición en gallego (2010) Siruela publica la novela de Freixanes, traducida al castellano por Xosé Antonio López Silva en colaboración con el propio autor. Una historia de amor que se erige en el gran retrato coral de un época, la Galicia en los tiempos del wolframio (década de los cincuenta). La música de la memoria recuperada en los viejos cantares de tradición oral.

Rosaura Castro, la niña de la Gaiosa, espera en el cafetín de artistas noticias de su enamorado. Llueve a cántaros. El maquis acecha en el matorral. En la Galicia feroz de la postguerra, en un apartado lugar en medio de las montañas, dos bandos se enfrentan en una enloquecida partida de cartas que dura tres días con sus noches, y en la que los participantes se juegan la vida. ¿Quién se acuerda de lo que alguna vez fuimos? Los nuevos amos se reparten el mundo. Don Floro mueve sus peones para que nada escape a su cuidado, mientras don Ramiro, el cura de Boullón, afina el naipe y el narrador, cuarenta años después, busca la razón de las cosas en la memoria exiliada de la ciudad de Caracas.

Caballo de Oros es un homenaje a los narradores de la tradición oral, y su traducción traslada al castellano toda la fuerza estilística del relato, que se transmite a través de la memoria de los viejos cantares de ciego, hasta que de la mano del narrador resurge con renovado impulso en la emigración americana cuarenta años después. Con esta novela, Víctor F. Freixanes, uno de los grandes escritores de la lengua gallega, trasciende su territorio para convertirse en un consolidado autor de nuestra narrativa actual española.

 

Entrevista:

 

P.- ¿Qué va a encontrar el lector novel de Víctor F. Freixanes en una novela como esta?

En los libros hay tres cosas que debemos encontrar:

1.- El placer de la lengua que se ejemplifica en el estilo y en el gusto de lo que se lee: los escritores trabajamos con las palabras, detrás de cada palabra hay mil imágenes y significados y un universo simbólico que tenemos que saber administrar para que el lector sepa disfrutar debidamente de ese viaje que le ofrecemos.

2.- La información: uno le pide a los libros, incluidas las novelas, que le enseñen cosas; y aquí está el mundo de la Galicia de posguerra, de lo que significaron los años del hambre en una sociedad tradicional como es la gallega pero que se podría extrapolar a otros puntos del país; el mundo del wolframio para la empresa armamentística, que se explotó mucho en aquella época, y que en tierras gallegas casi se encontraba a cielo abierto, con todo lo que de estraperlo y contrabando podía traer ligado.

3.- La emoción: el lector tiene que vibrar con todo ese universo, arrastrarle, que no se pierda; la relación entre autor y lector es como la pesca del salmón, no solo es cuestión de que se enganche al anzuelo, luego hay que saber traerlo a la red.

 

P.- Novela intensa de muchos personajes y acontecimientos, ¿cómo surgió la idea para esta historia?¿qué memoria buscas reivindicar con este libro?

Mi propia memoria, la de mi generación. No te oculto que nuestra generación nació muy marcada por la memoria de la guerra, pero no porque la viviésemos, sino porque estaba ahí, en la vida de nuestros padres y nuestros abuelos. Hablamos de una época oscura, miserable, humillante, donde se paró la historia, y lo que pudo haber sido un gran paso hacia la modernidad, se truncó en una vuelta atrás, hacia casi lo peor del antiguo régimen. Poner sobre la mesa todo eso como algo de lo que hay que hablar, no ocultar, cosas para verbalizar y compartir, saber que el tiempo no lo cura todo, pero sí lo alivia y relativiza. Saber que todos hemos sido al mismo tiempo víctimas y héroes de esta historia, ser conscientes de lo que somos, trabajar la memoria de manera crítica y racional para no hacerlo mal en el futuro. Esta no es una novela histórica; sí podría ser sobre la memoria histórica pues hay cuentos, leyendas, tradiciones, pero también aventura, amor.

 

Victor F. Freixanes. Foto © Carlos Folgoso.

P.- ¿Se ha perdido ya definitivamente la tradición oral? ¿Solo nos queda la televisión?

Yo me he criado conociendo la tradición oral, que para mí sigue existiendo en la medida en que seguimos contando a nuestros hijos, amigos o alumnos, cosas con palabras y seguimos narrando. Nuestra vida es un relato que contamos nosotros cuando nos toca hablar de ello. En la sociedad actual existen otros medios de comunicación como la televisión y las nuevas tecnologías que llegan a las masas y que han transformado esa tradición oral. Pero creo que la oralidad también está en el facebook y en el twitter.

 

P.- Galicia años 50 conflicto minero. Si lo contrastamos con los periódicos de hoy, ¿crees que la historia se repite aunque con otros condicionantes políticos y sociales?

La historia se repite y no se repite. En la medida que somos conscientes de las cosas, deberíamos evitar que algunas se repitiesen. Lo que pasa es que al final las pagan siempre los mismos, las víctimas de la historia que aquí se cuenta son las clases populares, el pueblo que aunque tuviese intereses y necesidades, en muchos casos no tenía posición clara tomada. Víctimas de un tinglado que manejaban cuatro señores de clases medias y más altas. La fuerza de la democracia está en el pueblo, el poder que tiene para movilizarse y hacer que esos abusos no se produzcan. Pero como te decía, en la historia, el marrón siempre se lo terminan comiendo los mismos.

 

P.- Comienzo arriesgado con una larga descripción exhaustiva de los muchos personajes de una historia coral.

Hay quien escribe con mapa, y quien escribe con una brújula y linterna. El mapa es para los que son más ordenados, y a mi eso me aburre un poco; yo soy más de explorar, de pedirle al lector que te acompañe en ese viaje por descubrir, que se deje llevar. El lector de esta novela es aquel al que le guste la literatura, que disfrute de viajar hacia un entramado en el que los asuntos y personajes cobran dimensión conforme va avanzando la lectura.

 

P.- Una vez terminado este libro, este ciclo de historias. ¿Dónde va a quedar ahora Vilanova de Alba?

El ciclo este se cierra. No quiero volver a Vilanova de Alba, pues ya he contado lo que quería contar sobre ese territorio gallego, de esa visión mítica. No te oculto que mis próximos proyectos hagan algún guiño al pueblo, pero buscaré otras cosas, otros mundos y nuevas emociones.

Caballo de oros se inició como un libro de cuentos, pero el relato de la partida de cartas me daba tanto juego que tuve que desarrollarlo hasta la presente novela.

 

P.- Lucha obrera, ideales, injusticia… ¿El escenario, el momento histórico vivido determina muchas veces el carácter de los personajes?

Sí, somos resultado de nuestra propia experiencia vital y colectiva. Somos el resultado de un tiempo, de una época de la sociedad. Los personajes de mi novela son así: supervivientes, un sálvese quien pueda, miserables, víctimas de la degradación social que impulsa sus comportamientos…

 

P.- Personajes profundos, vivos, que sufren y luchan… ¿Cómo lo haces para desnudar el alma de un personaje?

Pues no lo sé. Los personajes todos son yo, y también la ficción de la que hablaba Pessoa. Quizás donde más me he desnudado es con la señora Amalia cuando narra al final como narró los hechos; en ella estoy muy dentro.

 

P.- “Nada es invención, nada es producto de la fantasía”. ¿Arduo trabajo de documentación quizás?

Sí, pero es cierto que también me he alimentado de las experiencias que indirectamente me han contado familiares, amigos, vecinos… la generación de nuestros padres, la de la losa del silencio donde no se hablaban de las cosas pero se terminaban sabiendo. Como la niebla gallega, que lo oculta todo o lo disimula, y luego lo muestra cuando quiere presentarlo, depende como te muevas en la niebla.

Y luego también tiene mucho trabajo de documentación, pero esa es una de las partes más bonitas de la escritura: comprobar las cosas hasta el punto de que muchas de las investigaciones luego ni siquiera las llegas a usar en el libro. Es cuestión de alcanzar una coherencia en lo que se cuenta.

 

P.- Narrador con diferentes voces, y tono antiguo, de lenguajes pasados y a veces muy poético. ¿Es así como suena la literatura en gallego?

No. Es así como suena esta novela. Yo tenía que contar una historia desde la memoria de la tradición oral en la Galicia de los años cincuenta. Tienes que encontrar el punto, un lenguaje que no suene anacrónico ni fuera de sitio, y sea creíble. Esta es, par mí, la parte más difícil de la escritura. Cuando encuentras ese punto ya todo fluye mejor, es como si el cerebro lo ajustases de determinada manera. Me han ayudado mucho los viejos de la aldea que me contaron infinidad de cosas. Había veces que solo tenía que ponerme en la piel de alguno de ellos para comenzar a escribir con las expresiones adecuadas, con las muletillas populares que van enganchando al relato.

 

P.- Actualmente están surgiendo muchos autores en gallego, ¿cómo crees que está la salud de la nueva literatura gallega?

Hoy en día existe una magnifica literatura en gallego, que es el resultado de un gran desarrollo en los últimos treinta años de la cultura gallega, en un marco de libertad y producción literaria, de pluralidad. Así como antes solo teníamos a los clásicos y cuatro autores más que destacaban, ahora en gallego hay novela negra, fantástica, histórica, infantil y juvenil… muchos autores y muchas posibilidades literarias de calidad que enganchan a cualquier lector.

 

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