Por Marisa Cuyás
La comedia es uno de los géneros más utilizados en el mundo del celuloide, aunque los ingredientes empleados para hacer este cóctel cinematográfico son en ocasiones demasiado previsibles.
La película franco-belga dirigida al alimón entre Matthieu Delaporte y Alexandre de la Patellière utiliza este medio para desgranar una historia totalmente imprevisible, llena de diálogos inteligentes y divertidos no exentos de acidez que llegan a alcanzar momentos de tensión en lo que a priori debería ser una cena de celebración y diversión entre amigos.
En El nombre las conversaciones, las replicas inteligentes y divertidas, así como los reproches son tan protagonistas como los propios actores. Los planos cortos se convierten en la excusa perfecta para enfatizar la reacción de los cinco comensales a lo largo de la velada, llegando a convertirse en un escenario donde cada uno abandona sus propias máscaras incorporando los prejuicios a este escenario que llega a rozar el histrionismo con el caos.
El actor y cantante Patrick Bruel (Vincent) encarna a la perfección a un futuro padre cuarentón y primerizo demasiado arrogante, invitado a cenar en casa de Valérie Benguigui (Élisabeth) y Charles Berling (Pierre), su hermana y su cuñado respectivamente. Esta invitación se extiende a Guillame de Tonquédec (Claude), antiguo amigo de la infancia. Mientras todos esperan la llegada de la futura madre, protagonizada por Judith el Zein (Anna), la conversación discurre entre continuas preguntas sobre su futura paternidad manteniendo un ambiente distendido que cambia totalmente cuando se le pregunta a Vincent por la elección del nombre de su futuro hijo. Esta simple pregunta será el detonante que desate el inesperado caos que se mantendrá a lo largo de toda la película.
En definitiva una comedia intensa, ágil e inteligente protagonizada magistralmente por cinco actores que llevan la diversión y los momentos de tensión al extremo.
El nombre (Le prénom) (2012) se estrenó en España el pasado 14 de septiembre de 2012
Es muy divertida y tiene varios puntos de comparación con Carnage de Polanski: ambas son obras de teatro, la una utiliza el nombre de un bebé y la otra una pelea de niños para desvelar las relaciones complejas y absurdas de los adultos, aunque Carnage carece del buen sentido del humor destacado en esta reseña. Muy discretamente el cine francés nos está regalando magníficas comedias.
Nos interesa poder adquirir los derechos de la obra para presentarla en nuestro País.
Espero noticias,
Muchas gracias,
A mi también me interesa conseguir los desechos de autor de El nombre. Espero noticias.
Me interesa mucho adquirir los derechos en español de la obra para presentarla en nuestro País.
Espero noticias, gracias¡
Tengo interés en los Derechos ara comercializar en Latinoamérica
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