La vaca condesa
La vaca condesa. Juan Alfonso Belmontes & Evelyn Daviddi. OQO editora. + 3 años. 36 pp. 12,90 €.
Decían unos en la plaza:
– La vaca Condesa está rara.
– No muge. No menea el rabo.
– Y no da leche, ¡ni buena ni mala!
Comentaban otros en la tienda:
– No quiere soltar sus plastas pringosas.
– No corre. No embiste…
– Ya no se entretiene mirando los trenes
que van a la ciudad.
La vaca Condesa
era una buena vaca,
pero no hacía cosas de vaca.
Andaba sola por el prado.
Rumiaba noche y día,
día y noche.
Todos estaban preocupados:
– Si sigue así de rara…
¡la vaca Condesa
perderá la cabeza!
Sus amigos se reunieron:
los del establo y los del prado.
Hasta que acudió el cuco,
que siempre iba a lo suyo:
– ¿Qué hacer? ¡Dejadla en paz!
– ¿Qué decir? ¡Vaca, espabila!
– ¡Quizás el mirlo pueda ayudar!
Al día siguiente,
el mirlo se armó de paciencia y le dijo:
– ¡No rumies tanto, Condesa!
¡Muge, vaca traviesa,
que me canso de cantar
yo solo en este prado!
Pero la vaca, enfadada, le contestó:
– Es que el tábano me ha picado en el trasero,
el muy salvaje…
– Si muges, lo llamaré -le propuso el mirlo.
Y, como la vaca mugió,
el tábano acudió zumbando.
– ¡Basta de quejas, Condesa!
-dijo el tábano-.
Tú menea el rabo
como hacen las demás;
así me espantas y no te pico.
(…)