«Siberia», de Juan Soto Ivars

Por Benito Garrido.

Siberia

Juan Soto Ivars

Editorial El olivo azul, 2012

Novela

125 páginas

16,00 €

Siberia es un dramático viaje a ese lugar de la mente que puede llegar a hacernos sentir exiliados, tristes, fracasados. Es una gris travesía hacia los recovecos que ocupan aquellos momentos que en el fondo no nos hubiera gustado vivir. Es, al mismo tiempo, una ansiada búsqueda del amor que nos centre, y una cobarde huída de los errores. En ese sentido, Siberia es una novela que hace sentir incómodo, que revuelve nuestros más íntimos engranajes para provocar malestar, desasosiego. Y eso es algo que solo puede lograrse desgarrando con una buena escritura el interior del personaje.

Jonás es un escritor prometedor que tras extirparle un tumor en la cabeza, quiere volver a retomar su hábito de escribir, o quizás mejor, quiere volver a ser escritor. Enfrascado en esa lucha, intenta iniciar una relación con una mujer que no le corresponde como él quisiera. Dos frustraciones que le llevan a recorrer la noche madrileña plagada de drogas y alcohol, y a revisar una por una los contactos de una agenda que solo conduce a mujeres equivocadas. En ese desesperado devenir contrastará el frío siberiano en el que se halla inmerso, pero también cometerá un acto que marcará su vida, algo que no se atreve a afrontar, y que le obligará a volver a su pueblo, al entorno familiar donde los problemas parecen diluirse bajo la protección maternal. Sin embargo, los errores no resueltos le persiguen, implacables.

«Si ahora te sientas a escribir, la verdad de la tinta atravesará el papel y la palabra quedará sellada en la madera. Dirás que la palabra es falsa, que ibas a escribir otra cosa, pero ahí estarán las letras para que las lean los demás. (…) Ya no puedes escribir un libro, solamente saldrá de ti una lápida porque la palabra ha envenenado a los actos y los actos han envenenado a la palabra.»

Esta es la ópera prima de un escritor que aquí oscila entre la narración descarnada y la poética, pasando por la reflexión profunda y el miedo a la propia identidad. Un trabajo que demuestra el talento y la fuerza de un escritor pleno de madurez, que mueve los hilos del sentimiento humano con la soltura de un vividor. No es de extrañar entonces, que consiga rebelar nuestros instintos contra la estupidez y el dolor, y que nos haga sentir la culpa como esa herida que nunca termina de cerrar hasta que no se compensa con el debido castigo.

El tono reflexivo, y el uso de voces narrativas que van cambiando conforme evoluciona la historia, nos plantea un interesante juego de afinidades y tiempos, que termina por sumergirnos aún más en ese mundo siberiano que vive el protagonista. Aunque no sea el primer libro editado del autor, estamos ante un debut literario realmente sorprendente por lo que de intenso y especial tiene. Una lectura que convence y que sin dudarlo, nos provocará desazón. 

Juan Soto Ivars (Águilas, 1985) es escritor. Elabora crítica literaria, reportajes y entrevistas culturales para varias revistas. Es el autor de la novela La conjetura de Perelman (Ediciones B) y de Memorias de Arnold Schwarzenegger, una novela por entregas que se publicó en Yorokobu, y coantólogo, con Sergi Bellver, de la antología Mi madre es un pez (que incluye cuentos de Eduardo Mendoza, Rodrigo Fresán o Alberto Olmos, entre otros). Previamente también había coordinado y participado en la antología de relatos Sobre tierra plana. Dirigió durante dos años El Crítico, boletín de ensayo literario creado por Juan Carlos Suñén. Escribió Siberia a los 23 años.