Sobre historias silenciosas y silenciadas
Por Mariana Cinat.
“-Antes de que salga al aire nuestro nuevo programa –le digo- . Usted nos ayudará a cumplir el objetivo: mostrar lo que la gente quiere ver –río-. Es tan simple como eso.» («Las pretensiones«, en Hacerse agua, Martín Di Lisio).
Emitir un discurso siempre revela una intención, un querer-decir-algo. Y ese querer-decir-algo nunca es tan simple como decir-ese-algo. La literatura se autoproclama como la herramienta por excelencia: permite quebrar la dignidad de una sociedad tanto como reparar esa dignidad rota. Es posible adoptar un discurso para despojar y calumniar, para someter y silenciar. Pero también es factible adoptar uno para desnaturalizar el estereotipo homogeneizador y homogeneizante que domina y secuestra voces; para redimir las partes que no se contaron y procurarles un lugar. Relatar un suceso supone un proceso previo de selección y recorte. Implica elegir, y por lo tanto, proveer de poder y legitimidad a un algo o alguien frente a un otro. Porque elegir es denunciar u otorgar, es enfrentar o amparar; es pararse como enemigo o como cómplice.
Escribir entonces obliga a hacer a un lado la palabra ingenua. La historia turbulenta del país de la carne y el vino fue trazada con sangre candente. Por ello condena la neutralidad; la ideología aflora tanto en las grandes ciudades como en los pueblos más pequeños. La literatura es la herramienta, Hacerse agua el libro que deja de lado los centros urbanos para dar voz a los lugares más alejados. Aquél que hace foco en los espacios oscuros, silenciosos y silenciados. Aquél que indaga y mastica los espacios de nadie, los espacios de todos. Es el libro que irrumpe desde lo ignoto para hacerse oír.
Martín Di Lisio se introduce en este mundo y se invisibiliza, deviene transparencia y agua. Porque hacerse agua no es contar historias olvidadas, hacerse agua es hacerse historia. Martín Di Lisio se convierte en agua que refleja y no impone. Se apodera del silencio que oculta hechos y lo transforma en el canal conductor, en la voz de cada uno de ellos. Así, el autor activa y reproduce las que no se contaron, las historias del margen.
Hacerse agua es el libro de los relatos que emergen de los días ignorados y hablan. Relatos encubiertos que, como agua, fluyen; escritos con una claridad que se percibe desde el primero hasta el último párrafo. Cada cuento exige ser escuchado, pide a gritos un reconocimiento. En un principio un río, en un final una lluvia, el agua se filtra como un fino hilo a través de las palabras, a través de las ventanas. Descubre, deviene testimonio; agua que destapa historias del silencio. Una fiesta de mil colores asesinada por mil disparos, por un milico, por un patrón; un muerto en Cochinoca que irrumpe para matar dos pájaros de un tiro; un salteño que de tanto ruido intenta casi-desaparecer y consigue más; un niño que durante la crecida del Salado desaparece y se vuelve santo y sanador, sanador y santo; un pastorcito que denuncia a los dioses y deviene santo de las higueras; un pueblo entero que pretendiendo la belleza monta una tragedia; una niña que pasea en bote con su padre el día de su cumpleaños y descubre un monstruo; un hombre que disputa su memoria a una historia que, de tan macabra, pretende callarse; un bicho palo, un hombre en un camastro y un vaso de leche; y un arquitecto que sueña un final de tormenta.
Espacios de nadie. Espacios de todos. Hacerse agua es el libro que recupera fragmentos de lo cotidiano. Martín Di Lisio eligió historias que no se contaron. Y por ello Hacerse agua es el libro que, producto del concurso “Luis José de Tejeda 2010”, habla solo: renace de la sombra para reflejar, como sombra, los espacios de nadie que inevitablemente son, los espacios de todos.
Ficha Técnina:
Hacerse agua
Martín Di Lisio
Editorial de la Municipalidad de Córdoba, 2011
115 páginas
Excelente libro, con relatos atrapantes y por momentos inquietantes y oscuros.
Martín Di Lisio es una de las promesas de la literatura argentina y latinoamericana.
Lo recomiendo.