El almirante flotante
Por Ricardo Martínez.
El almirante flotante. VVAA. Akal, Madrid, 2012.
El que esta obra de magnífica, elaborada e inteligente intriga haya sido confeccionada a varias manos se nota en una cierta exigencia de lectura compartimentada, pero también se advierte, sin duda, la sabiduría literaria (y no solo literaria) de cada uno de sus engendradores.
Se nota la redacción a varias manos por cuanto, al principio, parece que cada uno de los autores desea añadir un rasgo más de duda, de sospecha (y bien que son creíbles como comportamiento humano) en lugar de ordenar los ‘materiales’ con los que se cuenta desde un principio: un ex almirante, vecino reciente del lugar, de carácter esquivo y con un escabroso historial, ha aparecido, muerto, en una barca que quedó a la deriva en el modesto río Whyn.
El caso es que, bien mirado (bien pensado) el desenredo de la trama comienza desde un principio (¡bueno es el eficaz agente Rudge como para dejar cualquier cabo suelto, aún en sus mínimos detalles!) pero al tiempo, y pensemos que así de intrincado es el corazón y lo son los interesas humanos, la trama se va haciendo tan compleja que, a veces, casi marea.
Aquí no faltan ni el clérigo, ni la enamorada con su sospechoso enamorado, ni el viejo retirado que guarda celosamente sus rosas y algo más… Y, del otro lado, el avezado agente local y la disputa con sus superiores a ver cuál pueda ser el mejor camino en la ardua investigación.
Los autores que se suceden para la elaboración de esta historia son muchos y de prestigio: desde Agatha Christie a Henry Wade, desde la Sallers hasta Knox, si bien creo que me quedaría con el apartado asignado a Anthony Berkeley, brillante como siempre.
En fin. El caso es que al final todo se aclara (no sin un cierto mutis de emoción) y así, lo que se pone de manifiesto una vez más, es que por mucho que la literatura haya querido desentrañar hasta ahora los secretos del comportamiento humano, éste, el hombre (y la mujer) siempre atesorarán en sus pasiones, en su inteligencia, rasgos, comportamientos, más que merecedores para una nueva intriga.
Estupendo comentario a una obra, que también me resulta interesante.
Buen trabajo.